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“Un beso”, el cóctel del Japanese Club (Madrid)
Cuestión de fusión, de paladar y de doble personalidad. Una manera de definir de manera concisa el Japanese Club: un local que fusiona gastronomía nipona con un espíritu nocturno refinado que cobra vida las noches de los fines de semana. Un hábitat en el que la coctelería de autor encuentra su lugar idóneo.
Japanese Club rompe con la idea preconcebida que tenemos de un restaurante japonés nada más entrar. Dorado, rojo y negro se combinan como colores predominantes para crear un espacio en el que modernidad y elegancia se dan la mano. Un lugar en el que las luces indirectas llenan de intimidad el espacio, invitando no solo a cenar sino, también, a dejarse llevar por la seducción de la noche.
El estuche perfecto para su cuidada cocina nipona que, a pesar de mantener la tradición culinaria del país del Sol Naciente con su oferta de sushi, no deja de lado otros platos occidentalizados que conforman una oferta perfecta para cualquier paladar. Tanto para quienes encuentran en el tratamiento japonés del pescado un auténtico manjar, como para quienes prefieren sabores más conocidos.
Pero más allá de su carta, uno de sus grandes atractivos llega con las noches del fin de semana. Un momento en el que el espacio se transforma para dar cabida tanto a quienes quieren satisfacer el apetito como para los que buscan el disfrute nocturno en un ambiente distinguido en el que sesiones de DJ y cócteles se fusionan como lo hace su oferta culinaria.
Uno de los hacedores de ese singular matrimonio nocturno es Pablo Anaya, Head Bartender de Japanese Club. Un enamorado de la coctelería que juega con sabores, texturas y aromas tras la barra como parte de su manera personal de entender cada trago. Un barman para el que su mayor motivación de cada día es cumplir con un único objetivo: conseguir que vivan una experiencia distinta y sensorial a través de sus cócteles.
Es su pasión por la coctelería la que le ha llevado a acariciar los labios ajenos desde la distancia con “Un beso”: un cóctel inspirado en Brockmans que puede disfrutarse en cualquier momento, ya que se encuentra en su carta de coctelería del año.
Nombre del mixólogo: Pablo Anaya García
Nombre del local: Japanese Club
Describe tu bar en pocas palabras: un restaurante japonés de fusión, elegante y camaleónico. Un local que, durante las noches de los fines de semana, despierta su cara más canalla en un espacio con espíritu de club neoyorkino.
Lo mejor que has escuchado tras la barra del bar: sería difícil resumir tantos años de pasión en una sola anécdota.
¿Por qué crees que la ginebra es tan popular hoy en día? La ginebra siempre ha sido parte de la costumbre española a la hora de beber, tanto en gin tonic como en cócteles. Sin embargo, el creciente aumento de la oferta (con ginebras tan distintas y peculiares) ha favorecido el auge de esta moda, ya que ofrece al consumidor un abanico prácticamente infinito de sabores y combinaciones.
Si pudieras elegir una bebida antes de morir ¿cuál sería? Dudaría entre algo más austero y clásico (como un buen e inmortal Negroni); o tomar quizás una de mis creaciones más populares: un cóctel con base de ron añejo de 23 años, flambeado y aromatizado con cítricos, fruta de la pasión y almendra. ¡Para irme con estilo y buen sabor de boca!
“Un beso”, ¿por qué has llamado así a tu cóctel? Este cóctel es especial para mí y me trae recuerdos indescriptibles. Una noche estaba sentada delante de mi barra una chica maravillosa; cuando le pregunté qué le apetecía tomar me contestó (con una mirada que no puedo olvidar) “un beso”. Le preparé este cóctel y debe ser que le gustó mucho “mi beso” porque hoy es mi novia.
¿Cómo recomiendas disfrutar tu cóctel? Sentado en la barra del Japanese Club, acompañado por uno de nuestros maridajes de sushi especial.
Ingredientes
- 50 ml. de Brockmans Gin
- 20 ml. de zumo de lima
- 20 ml. de azúcar líquido
- 20 ml. de puré natural de fresa
- 10 ml. de puré natural de frambuesa
- Zumo de arándanos
- Decoración: arándanos azules, moras y azúcar glass
Elaboración
Introducimos todos los elementos (salvo el zumo de arándanos y los elementos decorativos) en la coctelera. Agitamos enérgicamente y servimos en un vaso Tom Collins con hielo pilé.
Terminamos el cóctel con un top de zumo de arándano azul.
Decoramos con una brocheta de arándano azul y moras, y un toque de azúcar glass.
Un cóctel seductor para protagonizar una noche inolvidable entre bocados, acordes y aromas. Una atractiva propuesta para saborear con nocturnidad y alevosía.