Night Life /

Ajoblanco: tapas, diseño y coctelería creativa en Barcelona

El restaurante Ajoblanco es uno de los referentes de buena cocina y ocio nocturno en Barcelona. Ubicado en el número 20 de la mítica calle Tuset de la capital catalana, conocida por locales y visitantes asiduos de la ciudad como una de las zonas más exclusivas para salir de noche, el restaurante Ajoblanco tiene una doble vocación: ser un punto de encuentro hogareño y familiar en el que disfrutar de una oferta gastronómica del más alto nivel y convertirse, a la vez, en el place to be en el inicio de la noche barcelonesa. Ajoblanco reúne, en un mismo concepto, cocina tradicional, diseño, Dj’s y, como no podía ser de otra manera, una coctelería al mismo nivel.

EL CUIDADO DISEÑO DE SU ESPACIO

Lo primero que salta a la vista cuando uno visita Ajoblanco es lo cuidado de su diseño. Se trata de un trabajo de interiores de Lázaro Rosa-Violán, referente para los entendidos en la materia. Ajoblanco es una atrevida mixtura de estilos, materiales y mobiliarios que resulta en un espacio agradable y armónico. El revestimiento de paredes, suelos y techos mezcla elementos como madera, metal, cerámica, espejos o pavimento urbano.

Muebles de diferentes estilos se dan cita también en el espacio diáfano del Ajoblanco; lámparas clásicas, otras de estilo industrial, reservados tipo restaurante americano de los años 50… Y además, un cuidadoso uso del color y de la iluminación que hacen de Ajoblanco un lugar especialmente cálido del que resulta difícil escapar.

Restaurante Ajoblanco

Atribución: Ajoblanco

Interior del restaurante Ajoblanco, Barcelona

GASTRONOMÍA FRESCA Y MEDITERRÁNEA

Se trata de un pequeño templo concebido para el disfrute de toda una experiencia sensorial. Y como en todo templo hay un altar, en el caso del Ajoblanco este es su cocina. A sus mandos se encuentra el chef Israel Canales.La personalidad del Ajoblanco es una cocina sencilla y mediterránea, en la que se respeta por encima de todo el producto fresco de calidad y se adapta la carta a los ingredientes disponibles de temporada. Tienen gran peso las tapas tradicionales reinterpretadas. En Ajoblanco podemos disfrutar desde una típica tortilla de patata, una fritura de pescado de la lonja del día o un pulpo a feira; hasta propuestas menos comunes y más contundentes como unas lentejas con foie, unas mollejas con bogavante o unos garbanzos castellanos con bacalao.

Si estás de paso por Barcelona, no puedes dejar de ir a visitar el Ajoblanco, disfrutar de su carta, del entorno y de su inmejorable ambiente. Y, cómo no, de un buen cóctel, ya que el restaurante cuenta a su vez con una zona de coctelería a la altura de las circunstancias. Para saber más sobre la experiencia Ajoblanco hemos hablado con su Bar Manager, Raúl Rexach, quien nos dará su personal visión sobre el local y su filosofía.

Raúl Rexach, Ajoblanco (Barcelona)

¿Por qué el nombre de Ajoblanco?

Ajoblanco es un conjunto de elementos muy bien definidos que dan como resultado una experiencia única. Hace referencia al concepto gastronómico, pero también a un estilo de vida característicamente mediterráneo, algo que entendemos que es tradicional y muy acorde con nuestra forma de ser.

¿Cuál es la filosofía de Ajoblanco?

A nivel gastronómico es una cocina sencilla, basada en un producto de calidad, de temporada. Se trata de llevar a la mesa la sensación de “comida hecha en casa” pero traída un poco a la gastronomía de hoy en día. Se da mucha importancia al concepto de compartir, del tapeo, de juntarse en torno a la mesa.

Esto se refleja en el ambiente a través de, por ejemplo, la utilización de mesas redondas, que son mucho más íntimas y propicias para la conversación, para la sobremesa. Es muy habitual que vengan muchos grupos a cenar y todo eso facilita un ambiente muy relajado. Al final lo que se ofrece es una experiencia.

Tataki de buey vasco con salsa de rábano picante. Restaurante Ajoblanco, Barcelona.

Tataki de buey vasco con salsa de rábano picante. Restaurante Ajoblanco, Barcelona.

¿Qué importancia tiene el diseño del restaurante?

Todo está integrado en un mismo espacio. Tienes diferentes tipos de pavimentos: parquets, baldosas tipo “acera”; tienes madera, cerámica… Por ejemplo, en la primera zona de mesas hay una pica, que podría ser la pica de tu cocina; la propia cocina del restaurante es vista, puedes ver a la gente trabajando en ella a través de un gran ventanal; la decoración, los propios cuadros, yo creo que quieren evocar el salón de tu casa, o la casa de verano. La luz es muy cálida y da una sensación de intimidad y de confort. Al final se trata de un concepto global y el diseño ayuda a armonizar toda la experiencia.

El diseño, parte de la experiencia de Ajoblanco

¿Y la ubicación del restaurante?

Está en una zona de tradición nocturna desde hace muchos años. La calle Tuset ya era “la calle para salir” en la época de nuestros padres. Sobre todo para gente bien situada. Es una zona muy potente. Esto facilita también la transformación del local. En una misma noche, estás cenando y al momento se bajan las luces, llega uno de nuestros Dj’s, aparece la carta de cócteles… Ha cambiado el ambiente totalmente y no te has dado cuenta. Yo creo que eso es lo que atrapa. Acabas de cenar y no necesitas ir a otro lado porque tienes buena música, buen ambiente, buenos cócteles. Todos los fines de semana hay cola para entrar.

Detalle del comedor de Ajoblanco

¿Qué te parece Brockmans como experto en coctelería?

Brockmans es un producto único y exclusivo. Yo he tenido la oportunidad de realizar la cata desglosada de Brockmans y he visto que realmente es un producto muy bien elaborado y hecho con mucho cariño. A mí me gusta y, aparte, es un producto que comercialmente funciona muy bien. Tiene su público y da juego para coctelería y para gin tonics. Es un producto muy bien situado: llegó y se quedó.

¿Cómo te gusta servir Brockmans?

En Ajoblanco, lo más fácil es acercarse a la barra, hablar conmigo o con alguno de mis compañeros y pedir un cóctel customizado, porque nos encanta trabajar fuera de carta y personalizar al máximo según el agrado el cliente. Cuando nos piden un cóctel personalizado con Brockmans, intentamos rodearla de los mejores ingredientes para realzar su sabor y, a la vez, respetar los gustos propios del cliente: si le gusta más cítrico jugaríamos un poco con las notas del pomelo; si le gusta más dulce, podríamos utilizar un toque de frutos rojos, pero desde un punto de vista dulzón, con una mermelada o un jarabe de frutos rojos. Nos gusta investigar los gustos del cliente y a partir de ahí desarrollar. Sucede todos los días y eso lo convierte en un servicio rápido y personalizado.

La barra, uno de los protagonistas del restaurante

Nos apuntamos la propuesta de Raúl Rexach para una noche perfecta en Barcelona. Buen ambiente, mejor cocina, buena música y coctelería creativa para una auténtica velada Like No Other.