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“All in”, el cóctel de Bahía Mediterráneo (Palma de Mallorca)
Saborear un lugar simplemente extraordinario pasa por conocer Bahía Mediterráneo en Palma de Mallorca. Un espacio que no solo supone un auténtico faro sobre el Mare Nostrum. Es mucho más. Adentrarse entre sus paredes, situadas en la quinta planta de un hotel en pleno Paseo Marítimo de la ciudad, es transportarse a otra época. Es meterse de lleno en esos años 20 que conocemos a través del celuloide. Esos locos años en los que la coctelería comenzó a despuntar, sentando las bases en la más absoluta clandestinidad de lo que hoy es simplemente placer.
Bahía Mediterráneo es la oportunidad de poder vivir la elegancia de esos años. Algo que no es una mera fachada. En realidad, este local se asienta en un local de esa época restaurado de manera impecable. Con la misma magia que tuvo entonces o, incluso, quizás más.
Suelos de madera y lámparas modernas que simulan las clásicas de araña se combina con amplios ventanales, maderas nobles y terciopelo. Una puesta en escena que se redondea con eso que le da a Bahía Mediterráneo su nombre: el increíble espectáculo de poder contemplar el mar desde una de las localizaciones más excepcionales de Palma de Mallorca.
Y, a pesar de que la gastronomía es uno de sus pilares maestros, el espacio cuenta con otros atractivos importantes. Para empezar, su Gin Garden: una terraza lounge consagrada al disfrute de esta bebida. Y, para vivir las noches, otro espacio que rescata más si cabe ese punto canalla de los años en que se construyó el edificio: el Bahía Bar.
Un emplazamiento que sabe a noche, que cuenta incluso con una sala para fumadores de habanos y en el que encontramos a este joven bartender.
Es en este espacio, en el que el negro y el dorado crean esa atmósfera años 20 tan característica, dónde Alessandro Smurro crece tras la barra. Algo que solo puede hacerse cuando a la pasión se le suman profesionalidad y curiosidad. Tres ingredientes que, casi, forman parte de las recetas de cócteles de autor de este bartender que siente la profesión como una manera de entender la vida. Y es que Alessandro es el ejemplo vivo de un coctelero picado por el gusanillo de la coctelería.
Su pasión comenzó cuando, con apenas 16 años y en su Italia natal, trabajaba de camarero en un restaurante. Sería así como la barra y todo lo que se elaboraba tras ella comenzara a despertar sus sentidos. Una primera toma de contacto con ese mundo de mezclas, alquimias, aromas y sabores que cautiva a quienes se dedican a ello en cuerpo y alma. Apenas dos años después, Londres se convirtió en su hogar. Una ciudad en la que se sumergiría por completo en la coctelería, trabajando en un American Bar. Una oportunidad única para crecer, día tras día, en una de las ciudades de referencia de esta profesión.
Su pasión por Brockmans le llevó a crear este singular cóctel que, a pesar de sus viajes y su bagaje personal, rescata dos ingredientes de su patria natal. Por un lado, el Negroni: uno de los cócteles más emblemáticos del país de la bota. Por otro, esos recuerdos que forman parte de quién es y de su manera de entender el mundo.
Nombre del local:Bahía Mediterráneo
Nombre del bartender: Alessandro Smurro
¿Cuál es el botánico o el garnish sin el que no podrías vivir? No puedo decantarme solo por uno. Para mí, es el garnish en sí sin lo que no podría vivir. Cada copa necesita uno especifico. Es vital para el sabor de un cóctel pero, también, para el olfato. Más en un momento en el que el contenido de la copa es vital pero también lo es su aspecto. No puede salir una copa sin un garnish.
El bartender ¿nace o se hace? Se nace bartender, pero no lo descubres hasta que no empiezas en este mundillo.
¿Hacia dónde crees que evoluciona la coctelería en España? España va a una velocidad de vértigo. Vengo de Londres, que es otro mundo en temas de coctelería. Pero aquí el crecimiento no va más despacio. El crecimiento está siendo increíble. Los cocteleros de aquí han empezado a volar alto. Es más: me atrevería a decir que España es la “segunda capital” de la coctelería.
¿Qué es lo más divertido que te ha pasado detrás de la barra? Una señora una vez me pidió una tónica sin gas, y otra una limonada sin rodaja de limón porque era alérgica al limón. Imagínate la cara de poker en ambos casos.
¿Por qué cóctel sientes especial predilección? Por el Negroni, sin duda. Como buen italiano y como buen bartender. Es parte de mi vida. Era parte del ritual de los domingos con mis amigos en Italia. Nuestra cita semanal.
¿Qué es lo que más te gusta de Brockmans? La ginebra en sí, sin duda. Es una de las ginebras vanguardistas mejores y más completas. Me encanta su parte cítrica. Hay mucha gente que combina erróneamente Brockmans con frutos rojos sin darse cuenta de que están estropeando el sabor de la ginebra. Porque, como realmente se aprecia, en poniendo en valor su toque cítrico.
“All in“, ¿por qué has llamado así a tu cóctel? Este cóctel es un guiño al Negroni y, también, a mis propias tradiciones. En Italia, cada domingo íbamos a casa de mi abuela a jugar al poker y tomábamos Negroni o gin tonic. Es más: algunos de los ingredientes son un guiño a la comida que preparaba mi abuela para esos encuentros semanales.
Ingredientes del cóctel de Bahía Mediterráneo
- Brockmans
- Té “Corazón loco”
- Vermut dulce
- Vinagre balsámico de frutos del bosque
Elaboración del cóctel
Enfriar un vaso con hielo picado. Añadir el vinagre para perfumar el vaso.
Aparte, enfriar el vaso mezclador con los ingredientes restantes. Remover.
Quitar el hielo del vaso que habíamos reservado. Añadir un hielo macizo y la mezcla.
Decorar con un twist de pomelo rosa y dos arándanos azules.
Un cóctel en el que raíces, vanguardia y elegancia se conjugan de la misma manera que lo hace cada espacio de Bahía Mediterráneo. Un trago para disfrutar con calma, con noche y con buena compañía.