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“Berry Twist”, el cóctel de Santamaría (Madrid)
Situada en la que era una antigua casa de citas de la calle Ballesta, Santa María (la coctelería de al lado) ha sabido hacerse un hueco en la capital con una propuesta que conjuga tradición y vanguardia. Una suma de opuestos que se respiran tanto en su carta como en el diseño de un espacio que invita a disfrutar sin mirar el reloj.
Si hay una calle en Madrid que ha cambiado completamente su espíritu esa es la calle Ballesta. Renovada gracias a la versatilidad de aperturas de la última década, se ha convertido en un auténtico referente para quienes quieren disfrutar de la noche en los mejores ambientes.
Y, de entre estos locales que han cambiado por completo el panorama de esta archiconocida calle madrileña, uno que destaca por méritos propios: Santamaría, la coctelería de al lado.
Una coctelería que no solo no reniega del pasado sobre el que asienta su presente, sino que además lo ha incorporado con normalidad a su día a día. Así, la coctelería conserva parte del espíritu original del local en la que es, sin duda, una de las joyas del espacio: su larga barra de cuero negro.
Un elemento que reina sobre un espacio en el que conviven accesorios propios de la decoración de las coctelerías más clásicas, como las campanas de luz en color verde; con otros vintage, que redondean la atmósfera del local para convertirlo en un espacio con personalidad propia en el que se rinde culto a la coctelería.
Una pleitesía en la que conviven los cócteles más clásicos con otros de creación de autor; y que demuestra su mimo con cada copa con un gesto singular: el cuidado por el hielo como base absoluta de cualquier combinado. Un detalle que no es más que la punta del iceberg de un local en el que cada cliente se cuida como algo único.
Es en ese espacio donde un amante de la coctelería, Julio de la Torre, ejerce su pasión como profesión. Una que comenzó hace ya unos cuantos años cuando todavía era un niño; ya que él mismo recuerda haber servido su primer cóctel, un Margarita, en un chiringuito de playa con apenas 13 años.
Lo que comenzó siendo un trabajo de verano acabó convirtiéndose en una vocación que le ha llevado a indagar, investigar y jugar con los aromas y las texturas para llevar a cabo sus propias creaciones. Una tarea que desempeña tras una barra que es para él un auténtico hábitat natural.
Nombre del mixólogo: Julio de la Torre
Nombre del local: Santa María, la coctelería de al lado
Describe tu local en pocas palabras: es el mejor ambiente de Madrid para tomar un cóctel con el mejor servicio posible.
Lo mejor que has escuchado tras una barra: una pareja una vez nos dijo que ojalá tuvieran un local así en su ciudad, ¡estarían allí todos los días!
¿Por qué crees que la ginebra es tan popular hoy en día? La ginebra, antiguamente, era bebida de señores mayores. La inserción de ginebras como Brockmans en el mercado español ha hecho que la gente vea la ginebra de otra forma, más divertida e innovadora. Con muchas posibilidades. Una forma de convertir así un producto limitado en algo súper versátil para los bartenders. De esta forma, se llega a todo tipo de públicos tanto en edades, sexos, etc.
Si pudieras elegir una bebida antes de morir ¿cuál sería? Un Old Fashioned de Gin, preferiblemente de Brockmans; con bitters de naranja y azúcar moreno.
“Berry Twist”, ¿por qué lo has llamado así? Mi cóctel es un twist del ya famoso Gimlet. Cóctel clásico que, en este caso, lo actualizamos haciéndolo más frutado y sabroso gracias a la combinación de varias bayas y berries. De ahí su sencillo nombre, sin pretensiones.
¿Con qué o quién crees que deberías tomar este cóctel? Creo que es un cóctel perfecto para tomar en una cena en pareja durante el cambio de postre. Es digestivo y te prepara el paladar para degustar algo dulce.
Ingredientes
- 40 ml. de Brockmans Gin
- 40 ml. de Lima Roses
- 20 ml. de licor de frambuesa
- 10 ml. de zumo de arándanos
Elaboración
Enfriamos la copa tipo flauta con hielo pilé.
Mezclamos todos los ingredientes, salvo el licor de frambuesa, en una coctelera con hielo macizo. Agitar enérgicamente.
Colamos antes de servir. Añadimos el licor de frambuesa, y decoramos con arándanos rojos.
Un cóctel perfecto para disfrutar de este local, dejándose llevar por la nocturnidad y refugiándose del frío.
Una oportunidad única para paladares sibaritas que quieran saborearlo durante el mes de noviembre.