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“Brock Fizz”, el cóctel de Calavera Bar (Madrid)

Conocida por ser una de las rutas por excelencia del ocio de la capital, la calle Velarde es el hogar de un local cuyo nombre hace honor al espíritu de su planteamiento. Un espacio pensado para esos adorables canallas que deciden vivir Madrid sin horario. Tanto para ellos como para los más moderados, Calavera Bar es el refugio perfecto: abierto desde el horario del desayuno hasta bien entrada la madrugada.

Un punto de encuentro perfecto para esas seductoras mentes crápulas que no quieren perderse ni un momento del latido de la ciudad.

Calavera Bar Madrid

Concebido como un concept store, Calavera es un espacio difícil de catalogar bajo una sola etiqueta. Un local versátil compuesto por diferentes estancias en las que el visitante oscila de las influencias de local neoyorquino al encanto de las cafeterías parisinas. Un espacio en el que mesitas bajas, sofás y butacas vintage, a la venta para los clientes, se unen para crear esa singular atmósfera de bistro francés a pesar de su peculiar oferta culinaria: una fusión entre la cocina italiana, asiática y española en forma de tapas, pinchos y pequeños platos pensados para compartir.

A la singularidad de su espacio, que incita a ser disfrutado, hay que sumarle un lugar que le pone el acento clandestino al local: la cripta. Una estancia reservada para vivir la noche al margen de lo que suceda más allá de la puerta.

Cripta del bar Calavera

Es entre estas paredes donde Miguel Angel Romo, Head Bartender del local, pone sabor a las noches desde esa peculiar atalaya que es la barra de cualquier local. En el caso de Calavera Bar, es en este lugar en el que conviven algunos de los cócteles más clásicos con las creaciones nacidas de la mano de este bartender que tiene el alma dividida entre la coctelería y la música. Rapero de vocación, para Romo el ritmo con el que vive sus letras es necesario también para su personal manera de entender sus recetas.

Después de iniciarse en la coctelería en Ibiza, algo que compaginó con la música; volvió a Madrid para avanzar en paralelo con sus dos actividades. Por un lado, para escribir nuevas letras. Por otro, para crear nuevas recetas de coctelería con su sello personal en un templo nocturno tan peculiar como es Calavera Bar.

Cóctel con Brockmans Calavera Bar

Nombre del mixólogo: Miguel Ángel Romo
Nombre del local: Calavera Bar Madrid

Describe tu bar en pocas palabras: nuevo, polifacético, con un estilo neoyorquino y parisino. Un local en el que puedes picar algo y degustar nuestra carta de coctelería. También es perfecto para fiestas privadas y eventos, ya que cuenta con varias zonas como nuestra famosa cripta.

Lo mejor que has escuchado tras la barra del bar: más que escuchar, hubo una anécdota que me llamó mucho la atención. Una clienta robándome la hierbabuena de la barra y guardándosela en el bolso como el que coge unas servilletas (se ríe).

¿Por qué crees que la ginebra es tan popular hoy en día? Por la versatilidad que ofrecen las nuevas marcas y referencias.

Si pudieras elegir una bebida antes de morir ¿cuál sería? Unas botellas de Champagne de Veuve Clicquot demi sec.

“Brock Fizz”, ¿por qué has llamado así a tu cóctel? Básicamente, porque es una versión personal de un clásico tan icónico como es el Gin Fizz. Es mi variante personal, inspirada en Brockmans y con algún toque más.

¿Cómo recomiendas disfrutar tu cóctel? De la mejor manera posible: viniendo a disfrutarlo a mi barra en Calavera Bar en la calle Valverde 8. ¿En qué mejor lugar?

Cóctel con Brockmans Calavera Bar

Ingredientes

  • 25 ml. de zumo de pomelo rosa
  • 15 ml. de clara de huevo
  • 20 ml. de azúcar líquido
  • Dos moras
  • 40 ml. de Brockmans
  • 15 ml. de licor de chocolate
  • Soda infusionada con arándanos azules
  • Arándanos azules

Elaboración

Machacamos las moras con un muddler y las mezclamos con el zumo de pomelo y el azúcar. Añadimos la clara de huevo y el resto de ingredientes en una coctelera, en la que batiremos sin hielo.

Colamos dos veces para servir en un vaso bajo con hielo roto.

Decoramos con una brocheta de arándanos azules y una tira de piel de pomelo rosa.

El resultado es un cóctel con notas dulces, ligeramente espumoso y aterciopelado.

Una copa golosa y sugerente para saborear un local que se ha convertido en poco tiempo en un clásico.