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“Lady Kiss”, el cóctel de la coctelería del Factor Vi (Sitges)

A pocos metros de la playa de Sitges, existe un lugar que nos invita a vivir el día pero, sobre todo, a ponerle un sabor único a la noche. Un local que nos recibe con una imponente bodega de vinos como primera carta de presentación de su personalidad. Una que podemos descubrir desde el mismo momento que entremos. Y es que cruzar el umbral de La Incidencia del Factor Vi es entregarse a sus encantos. Es descubrir un local con distintas caras que tiene, además, vocación de galería de arte. Y es que de sus paredes cuelgan distintas exposiciones. La punta del iceberg de un espacio que acoge, incluso, eventos de diferentes disciplinas artísticas.

A simple vista, La Incidencia del Factor Vi puede parecernos una vinoteca. Sin embargo, este prejuicio nos aleja mucho de la realidad. A su increíble oferta de vinos le acompaña una cuidada cocina, en la que las influencias mediterráneas y los productos de mercado otorgan un sabor característico a su carta. Una para disfrutar con la elegancia de una puesta en escena en la que, de noche, reina la intimidad.

Es precisamente en este momento cuando La Incidencia del Factor Vi muestra su otra cara. Su cara canalla, la de la coctelería que lleva su nombre. Una escondida tras unos cortinajes de terciopelo rojo que dan paso a un espacio flanqueado por sillones y en el que reina por méritos propios su barra. Una que se ve envuelta por los compases de los conciertos de jazz y blues que tienen lugar en el local, imprimiéndole a la experiencia de saborear un cóctel una sensación todavía más especial que el propio sabor de la copa.

La coctelería del Factor VI

Y es en ese espacio con atmósfera de club donde Otto Villa crece como bartender a golpe de coctelera. Su enamoramiento de la coctelería surgió casi de manera casual. Sería un trabajo de verano en un restaurante, cuando apenas tenía 16 años, el punto de partida de su vocación. Una que se despertó por un motivo: la curiosidad que le generaba la constante sonrisa del bartender del local.

Guiado por esa curiosidad, comenzaría a preguntar a ese bartender sobre lo que hacía. La fortuna o el destino pondrían a prueba a Otto cuando el que había sido su mentor cambió de local. Algo que le obligó a tomar las riendas de esa barra, ya que era el único que estaba familiarizado con las recetas. Un punto de partida para comenzar a formarse de manera profesional en el mundo de la coctelería, matriculándose en un curso de iniciación. El primero de los cursos que le harían decidir, definitivamente, que quería vivir a ese lado de la barra.

Desde entonces, han pasado nueve años. Nueve en los que este colombiano afincado desde crío en Sitges no ha parado de descubrir, día tras día, por qué la coctelería le hizo cambiar completamente el rumbo de su vida.

Cóctel con Brockmans de Factor VI Sitges

Nombre del bartender: Otto Villa
Nombre del local: La coctelería del Factor VI

¿Cuál es el botánico o el garnish sin el que no puedes vivir? Un twist de naranja o de limón. Dan muchísima vida. Se pueden hacer maravillas con estas pieles.

¿El bartender, nace o se hace? Todos tenemos un poco de bartender y hay que explotarlo. Hay que formarse.

¿Hacia dónde crees que evoluciona la coctelería en España? De la mano de la gastronomía. Igual que la cocina evoluciona con diferentes técnicas, la coctelería bebe de ellas. No hay más que ver la aplicación de todo lo molecular en las copas. Y, además de esto, hay una increíble tendencia hacia los cócteles sin alcohol.

¿Qué es lo más divertido que te ha pasado detrás de la barra? Cuando empezaba, tuve un episodio muy simpático. A mí nadie me había explicado que, al hacer un Tom Collins, la soda no se incluye en la coctelera. Algo que yo hacía. Cuando batía el cóctel, la coctelera explotaba. Y yo no entendía nada por más que revisaba las instrucciones de la receta.

¿Por qué cóctel sientes especial predilección? Por el Negroni de mezcal.

¿Qué es lo que más te gusta de Brockmans? Es una ginebra sutil que da mucho juego, tanto para un gin tonic como para la coctelería. Es increíblemente versátil.

“Lady Kiss”, ¿por qué has llamado así a tu cóctel? Creo que se puede asemejar al beso de una dama. Ese tipo de besos que, aunque sean en la mejilla, te dejan un aroma sutil pero una huella importante. Así es mi cóctel.

Cóctel con Brockmans de coctelería Factor VI

INGREDIENTES DEL CÓCTEL DE LA COCTELERÍA DEL FACTOR VI

  • 50 ml. de Brockmans Gin
  • 15 ml. de Maraschino Luxardo
  • Tres frambuesas (muddle)
  • 25 ml. de sirope de jengibre
  • 25 ml. de limón
  • 15 ml. de clara de huevo

ELABORACIÓN DEL CÓCTEL

Mezclar todos los ingredientes en la coctelera. Hacer dry shake.

Añadir hielos macizos y batir enérgicamente.

Colar para servir en una copa de Champagne.

Decorar con tres gotas de sirope de angostura, un twist de naranja; y una brocheta de frambuesas y hojas de menta.

De un aroma suave y un sabor increíblemente complejo. Así es la singular caricia de esta dama atrapada en una copa.

Una que en la coctelería del Factor Vi tiene su propio hábitat.