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Siete atardeceres mágicos que no puedes perderte

El adiós del día, la transición hacia la noche. Hablamos de la puesta de sol, un acontecimiento inevitable y diario, mágico y repleto de energía, que siempre, en cualquier parte del mundo, sigue abobando al primero que se para a observarlo. El cielo se ilumina poderosamente, las luces ceden terreno a las sombras, y un estallido de colores se apodera de la cámara de tu smartphone.

Teniendo en cuenta que, por regla general, nos abstraemos de las maravillas que la naturaleza nos proporciona diariamente por eso mismo, por ser diarias, cotidianas, no está de más que aquí te propongamos algunas de las mejores puestas de sol de nuestro país. Lugares mágicos, en ocasiones alejados del ruido de las grandes ciudades, que son el escenario perfecto para declaraciones de amor, celebraciones personales o directamente buscar una paz interior combinada con un sugerente gin tonic. El plan lo eliges tú.

En esta lista no están todos los atardeceres que merecen la pena, pero sí siete propuestas a descubrir o a volver a vivir con intensidad. Puestas de sol que destacan por el buen rollo que generan, que invitan al relax y que, finalmente, cautivan todos los sentidos.

LA ALHAMBRA, GRANADA

Imagen: Javi

Imagen: Javi

Las vistas de la Alhambra desde el barrio del Albaicín deberían estar recetadas por los médicos para superar males y tristezas varias. El famoso Mirador de San Nicolás presenta una panorámica del majestuoso monumento que cualquier terrícola debiera de ver, al menos, una vez en su vida. Cerca del mirador, además, se multiplican los restaurantes y tascas para que disfrutes de lo mejor de la cocina andaluza.

 

Pero hay otro atardecer, uno Like No Other: ver atardecer sobre Granda desde la propia Alhambra.

Ya sea desde la calle o desde el monumento, prepárate para contemplar uno de los atardeceres más especiales del mundo.

CERRO DEL TÍO PÍO, MADRID

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Imagen: Barcex

 

Más conocido como el parque de las siete colinas. Este parque, situado en el barrio de Vallecas, es uno de los lugares más mágicos para ver el atardecer de la ciudad de Madrid. Alejados de azoteas y terrazas cool, estas colinas artificiales se han convertido en un mirador muy especial para contemplar el panorama urbano de la capital.

Rascacielos, enormes barrios con construcciones de ladrillo, la sierra madrileña de fondo… te recomendamos que te escapes entre semana y lo conviertas en tu escondite secreto favorito. No sabemos a qué esperan nuestros directores de cine para usarlo más como plató natural de sus historias; Pedro Almodóvar ya lo hizo en 2006 con su película Volver.

COSTA DEL SOL, MÁLAGA

La región litoral de la provincia de Málaga, como dicta su nombre, es el lugar perfecto para disfrutar de unos bellos –y relajantes- atardeceres. Siempre con un clima agradable, y pese a su explotación turística, la Costa del Sol cuenta con el mayor número de playas de toda Andalucía, así que tienes dónde elegir para pasar la tarde.

El azul intenso del Mediterráneo combina perfectamente con un cóctel o gin tonic para contemplar el espectáculo. Tú eliges, pero te recomendamos los famosos Baños del Carmen, en Málaga, la playa de Las Gaviotas de Benalmádena, o el municipio de Torrox, con sus aires subtropicales.

FARO DE CAVALLERÍA, MENORCA

Cualquier latitud de las Islas Baleares es perfecta para contemplar las puestas del sol. Sin embargo, el Faro de Cavallería, en el punto más septentrional de la isla, es uno de los paisajes naturales más espectaculares. Bordeado por acantilados, y con un acceso de carreteras estrechas, llama la atención por su tranquilidad, un mar en calma, y los colores anaranjados que explosionan en el cielo.

La escapada al Faro de Cavallería es sólo apta para románticos, aventureros y enamorados de las leyendas, desde hace siglos cientos de naufragios se han producido en esta zona.

CABO TOURIÑÁN, A CORUÑA

Es uno de los puntos más occidentales de Galicia y, por tanto, de la España peninsular. Enmarcado en el municipio de Muxía, Costa da Morte, el cabo Touriñán es un lugar mágico, poco conocido y transitado, precisamente por su climatología dura. Sin embargo, desde la atalaya donde se encuentra su faro podemos disfrutar de uno de los atardeceres más bellos de todo el país.

Las mejores fechas para asistir al espectáculo del finis solis son la primavera, y la última quincena de agosto y la primera de septiembre. Una vez entrado el otoño, sus cielos destacan por la migración constante de las aves, contraste amable a la fuerza del agua contra las rocas.

SEGURA DE LEÓN, BADAJOZ

Imagen: Ana Rey

Imagen: Ana Rey

Estos bosques claros y deliciosos que son las dehesas destacan en las tierras extremeñas. Allí los atardeceres son brillantes y el sol se refleja, constantemente, en los cientos de charcas y embalses que pueblan la zona. El pueblo de Segura de León, de unos dos mil habitantes, es un buen ejemplo de zona noble donde podrás disfrutar de historia, gastronomía y fiestas populares.

Sabiendo que alcornoques y encinas pueblan estas tierras, el cerdo ibérico campa a sus anchas como el verdadero rey de esta comarca. Desde su castillo roquero también se puede observar un crepúsculo mágico, casi de cuento.

VALLE DE LA OROTAVA, TENERIFE

Imagen: Jörg Lange

Imagen: Jörg Lange

Las Islas Canarias no podían faltar tampoco en este ranking caprichoso. En la parte norte de Tenerife destaca el faldón imponente del Valle de la Orotava: en él sobresalen poblaciones históricas como La Orotava, Los Realejos o el turístico y setentero Puerto de la Cruz.

Desde este valle rico en vegetación, olores y colores, se puede presenciar uno de los atardeceres más amables e imponentes de la volcánica isla. Te recomendamos, pese a ser punto neurálgico de turistas, el mirador de Humboldt, y que luego, olvidándote de los planes de siempre, te pierdas por las decenas de guachinches que pueblan esta zona con su cocina tradicional canaria y sus vinos de producción propia.