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“Un beso”, el cóctel de Sasha Bar 1968 (Barcelona)

Bajo la consigna de “no recordamos días, recordamos momentos”, Sasha Bar 1968 abre sus puertas cada día para contagiar de su filosofía. Una con la que este singular local quiere cautivar a quien descubre su espacio desenfadado con toques vintage, espíritu de cercanía y atmósfera de hogar. Un lugar que supone un proyecto vital con mucha historia detrás.

Sasha Bar 1968 es la historia de un homenaje. De un hombre para quien su madre, Alexandra, merecía ser protagonista de un local creado con mimo e imaginación. Tanto que su nombre es el mote cariñoso con el que la llaman sus amigos. Tanto que su año de nacimiento forma parte inseparable del nombre del local. Una forma de conmemorar el increíble peso que esa figura femenina ha tenido y tiene en su vida. Una manera, también, de honrar sus propias raíces y tradición, ligadas de manera inherente con la hostelería. Eso sí: con una interpretación diferente.

Y es que Sasha Bar 1968 es original, incluso, en su forma de entender su oferta gastronómica. Su concepto culinario, “la cocina sin reglas”, marca unos fogones en los que el producto local se presenta en unas recetas de cocina internacional irresistibles. Algo que también se saborea en su carta de coctelería, que combina cócteles clásicos con un buen número de recetas de autor que cuentan con el sello de su barra.

 

El alma de Sasha Bar 1968 es, precisamente, el autor de este homenaje que comienza en el nombre del local. A pesar de su nombre y de haber nacido en Rusia, Leonid Chelnitskiy es un barcelonés de pura cepa. Criado en la Ciudad Condal desde los seis años, su vida ha transcurrido tras la barra de un bar. Algo inevitable ya que se crió en el local de sus padres. Sería de la manos de ellos como Barcelona tendría su primer restaurante ruso. Uno que, en apenas un año, cambió por completo para transformar su oferta a la demanda de una clientela que se inclinaba más por la cocina mediterránea.

Aunque su formación académica distaba mucho de la restauración, Leonid supo aplicarla a ese proyecto personal que es Sasha Bar 1968. Licenciado en Marketing y Administración y Dirección de Empresas, la creatividad era su gran pasión y su primer objetivo laboral. Sin embargo, tras viajar por medio mundo, comenzó a verla desde otro prisma: aplicada a la hostelería.

Sería así, observando restaurantes de otros países, como decidiera en 2014 aplicar la creatividad a su propio local. Uno con un espíritu muy especial.

Leonid Chelnitskiy de Sasha Bar Barcelona

Nombre del mixólogo: Leonid Chelnitskiy
Nombre del local: Sasha Bar 1968

¿Cuál es el botánico o el garnish sin que el no podrías vivir? Un twist de lima, de pomelo… o de yuzu. Cualquiera de los tres para mí es imprescindible.

El bartender ¿nace o se hace? Yo creo que se hace a lo largo de los años. Además, el bartender nunca para de aprender. Vivir y experimentar te permiten crecer en la profesión.

¿Hacia dónde crees que evoluciona la coctelería en España? Hacia lo home made. Cada vez hay más productos hechos tras cada barra. Jarabes, siropes, fermentaciones, redestilados… hay una gran tendencia hacia lo orgánico, hacia lo que está creado en la propia barra de tu bar.

¿Qué es lo más divertido que te ha pasado detrás de la barra? No podría elegir un momento concreto. Pero, de entre todos, me quedo con las sorpresas de los reencuentros. Con volver a ver en mi local a compañeros del colegio que llegan a la barra sin saber que estoy en ella y descubrir, después de un rato, que hace 20 años compartimos aula.

¿Por qué cóctel sientes especial predilección? Para beber, me encanta un buen Negroni o cualquier cóctel con ginebra. Soy muy clásico, me gustan los cócteles frescos y amargos. Que pueda disfrutar poquito a poco. En lo que respecta a hacer un cóctel, me encanta descubrir el sabor que le puede llegar a gustar al cliente y acertar con una creación única para él. El cóctel que está esperando tomar.

¿Qué es lo que más te gusta de Brockmans? Es una ginebra que con un aroma espectacular. Te sorprende nada más abrirla. Además, es súper versátil gracias a su selección de botánicos, que son sumamente frescos. Con muy poco se puede hacer un gran cóctel, tanto en lo que respecta a tragos cortos como largos.

“Un beso”, ¿por qué has llamado así a tu cóctel? Porque es delicadeza, intensidad, emoción… todo lo que puede sentirse cuando besamos a alguien.

Cóctel con Brockmans de Sasha Bar Barcelona

Ingredientes del cóctel de Sasha Bar 1968

  • Brockmans Gin
  • Vermut Antica Fórmula
  • Zumo de lima
  • Licor de maraschino
  • Una cereza maraschino

Elaboración

Mezclar todos los ingredientes en una coctelera con hielo macizo. Agitar enérgicamente.

Servir en una copa previamente enfriada.

Decorar con una cereza maraschino.

Un cóctel sumamente fragante que conjuga un juego de opuestos. Potencia y suavidad, dulzura y un toque amargo. Una suma de contrarios tan irresistible como lo es Sasha Bar 1968.