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Evolución del sabor de la ginebra a lo largo de la historia
Del pasado más remoto de una de las bebidas con más tradición de la historia a su actualidad. La ginebra que saboreamos hoy está en las antípodas de la que fue en sus inicios. Una evolución que solo comparte con su pasado un aspecto: el enebro como alma mater.
Poco queda a día de hoy de los que fueron los orígenes de la ginebra. Un punto de partida histórico de una bebida que ha vivido una extraordinaria evolución en las últimas dos décadas, en lo que supone una auténtica búsqueda para algunas ginebras por la innovación de sabor, aroma e incluso textura como diferencia.
SABOR MEDICINAL EN SUS ORÍGENES
Salvo el enebro como botánico fundamental de su receta, poco queda de la que fue la ginebra de siglos atrás. Y es que su nacimiento como remedio medicinal marcó de manera inherente el sabor de este destilado durante siglos. Contra la peste bubónica, como remedio diurético o, siglos después y origen del gin tonic, para paliar los efectos de la malaria; sus fines médicos no obligaban a que su sabor fuera agradable. Quizás por eso, la ginebra entonces se entendía como una mera maceración de alcoholes procedentes de cereales, con enebro y unas pocas más hierbas o frutas. Una maceración en la que la alquimia de la época jugaba un papel fundamental para un sabor que, lejos de buscar agradar, solo buscaba curar.
EL SABOR QUE CONQUISTÓ INGLATERRA
Sin embargo, en la Holanda natal de la ginebra, la bebida se popularizó entre la población a comienzos del siglo XVII. Algo que dejó atrás su carácter primigenio para convertirse en una bebida lúdica con una mejora constante de su sabor hasta dar lugar a la Genever. La ginebra holandesa tomó el trono de Inglaterra de la mano de Guillermo de Orange convirtiéndose en poco tiempo en el destilado favorito de la aristocracia inglesa.
El sabor que conquistó a la nobleza no fue otro que mezclar la Genever holandesa con especias importadas de sus colonias de la época. Pero no solo conquistó a la nobleza, sino que se popularizó y esto supuso, precisamente, un retroceso en el perfeccionamiento de su sabor. Con la puesta en vigor de la Gin Act (la prohibición del gobierno inglés de elaborar, vender o consumir ginebra), se inició un periodo de fabricación clandestina de ginebra. Una época que no solo no velaba por el sabor del destilado sino que tampoco lo hacía por su calidad.
LOS AÑOS DE LA LEY SECA
Curiosamente, este mismo fenómeno (el mal sabor de todas las bebidas alcohólicas de la época) fue lo que marcó la Ley Seca americana de muchos siglos después. Aquellos locos y clandestinos años 20. Un momento de la historia que pasa por ser uno de los prolíficos para la coctelería con la ginebra como protagonista. El legado de aquella época, en la que ocultar el sabor del destilado era el objetivo, es nada menos que una lista de algunos de los cócteles más destacados, como el Gin Fizz o el Gimlet pero, también, del fenómeno de los Speakeasy (el germen de los locales clandestinos que hoy conocemos).
DE LAS DÉCADAS 40 Y 50 HASTA HOY
La ginebra ganó popularidad durante las décadas posteriores en Estados Unidos gracias a los rostros de los artistas en blanco y negro de la incipiente industria del cine americano. Un fenómeno que contó con su homólogo al otro lado del Atlántico, en una Europa de la post guerra que comenzaba a resurgir. Entonces, la ginebra comenzó a ser un equilibrio de amargor y cítrico en el que el enebro, su botánico fundamental, era protagonista absoluto.
Y es curioso porque, a pesar de todos los cambios que ha vivido la ginebra a lo largo de su historia, es en los últimos años cuando su estilo ha vivido una mayor evolución. Una evolución que pasa por ser una época de oro de la ginebra. El momento más creativo del destilado a lo largo de la historia, innovando en su sabor con propuestas tan singulares como la de Brockmans Gin. Una ginebra que ha reinterpretado un clásico, respetando ciertas notas tradicionales pero combinándolas con una mezcla original de botánicos meticulosamente seleccionados en diferentes partes del mundo. Una auténtica nueva experiencia de sabor de ginebra.
Buscando el placer de la armonía aromática, la complejidad y equilibrio en el paladar, Brockmans incluye entre su mezcla original de botánicos moras y arándanos azules para aportar, junto con el coriandro de Bulgaria y las pieles de limón y naranja, texturas suaves y complejas. Armonía, complejidad y equilibrio de un sabor marcado por aroma y sabor.