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Diferencias entre mixólogo y bartender
Es el dueño del otro lado de la barra. El responsable de ofrecernos la oportunidad de celebrar algo o, por el contrario, de hacernos olvidar un mal momento de la misma manera: preparándonos un gin tonic o cóctel. Ese llamado, antaño, en los locales de copas “camarero” cuenta hoy con dos nombres bien distintos: mixólogo y bartender. Pero ¿quién es quién?
Nunca antes el término bartender había sido tan utilizado como ahora. Un ahora que supone uno de los momentos más dulces de la coctelería pero, también, de los destilados. Una época que comenzó con el auge del gin tonic en nuestro país y evolucionó hacia una creatividad imparable que no solo se saborea en los espirituosos sino, también, en la elaboración de cada copa.
Quizás, el momento que vive el mundo de los profesionales de los alcoholes y la coctelería solo es comparable a ese otro inmortalizado por el cine. Una época contada en blanco y negro en la que el entonces llamado barman era, sin duda, el alma de un local.
El encargado de preparar el combinado perfecto para cada cliente, de tener la sonrisa al otro lado de la barra y de ofrecer una oreja dispuesta a escuchar.
BARTENDER VERSUS MIXÓLOGO
Con las décadas, no ha cambiado tanto la historia en esencia pero sí en el fondo. Porque a ese barman de siempre (que busca la excelencia del servicio, el equilibrio de la copa y presta su buen hacer para la satisfacción de cada cliente) le acompaña una nueva figura tras la barra: aquel que se adentra en la coctelería como si de alquimia se tratara. El que busca crear sabores y perfumes únicos en una copa, combinando creatividad y buen gusto para formar una auténtica obra gastronómica líquida.
Dos personalidades, la del bartender y el mixólogo, que en ocasiones se unen en la misma persona y que son igual de importantes y valiosas. Porque, mientras uno se centra en crear, en ocasiones incluso, desde un laboratorio; el otro despliega su creatividad en las distancias cortas: frente al cliente, creando una copa que responda a los gustos del cliente y regalando una sonrisa.
El mixólogo supone la evolución del bartender de siempre y tiene unos orígenes que se remontan a la América del siglo XIX, cuando un barman llamado Jeremiah Thomas comenzó un singular peregrinaje a través de los locales de las grandes ciudades de Estados Unidos.
Un periplo que le valió, con las décadas, el sobrenombre de “Padre de la Coctelería” si consideramos que, gracias a sus notas, escribió el primer libro de recetas de cócteles que se conoce. Un compendio de combinaciones de otros barmen pero, también, de sus propias creaciones.
Y ahí es donde se puede establecer la diferencia entre ambos nombres: en la indagación en matices, sabores, aromas y mezclas en medidas perfectas para conformar algo que va mucho más allá de una copa.
LA CIENCIA DE LA MIXOLOGÍA
Aunque para muchos profesionales de la coctelería el término “mixólogo” continúa estando a debate, lo cierto es que es el calificativo común para quienes ahondan en el arte de la coctelería. Aquellos bartenders que estudian, mezclan y prueban diferentes combinaciones de alcoholes, hierbas, cítricos o siropes hasta conseguir un trago que despierte emociones y deje una marca personal en la memoria de quien lo disfruta.
Un auténtico juego de equilibrios en el que, a la genialidad del conocimiento, se suman la creatividad y la intuición. Una suma de ingredientes en la que se basan todos los demás hasta conseguir crear una bebida perfecta, ya se trate de una receta clásica de coctelería o de una creación de autor.
Un combinado que suponga un auténtico regalo para aquellos paladares gourmets que se aventuran a desentrañar un cóctel. A indagar en sus sabores, en sus perfumes y en las sensaciones que generan.
A ir un paso más allá de solo tomar una copa. Algo que, de no ser por ese paciente bartender que la prepara ante nosotros, tampoco tendría el mismo sabor.