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Orígenes e historia de la coctelería

Sensibilidad, conocimiento y arte. Así podría resumirse el oficio de los cocteleros, esos que buscan sorprender a quienes disfrutan de sus creaciones y contar con cada una de ellas una historia. Sin embargo, es curioso saber que el origen de la coctelería es todavía hoy un misterio.

Un auténtico compendio de historias, mitos y leyendas que, tanto por separado como en conjunto, construyen el nacimiento y la historia de la coctelería hasta nuestros días.

A pesar de desconocer (de manera fidedigna) su procedencia, lo cierto es que los orígenes documentados de la coctelería distan mucho de cómo la conocemos hoy.

Lo único que se mantiene de esos comienzos es la definición, tanto para los cocteleros clásicos como para los actuales, de un cóctel: una combinación de ingredientes y bebidas que, además de saber bien, deleitara también a la vista, por su presentación y equilibrio de colores.

Orígenes e historia de la coctelería

NACIDA EN ABADÍA Y PERPETUADA EN FARMACIA

Para llegar a estos orígenes de su nombre, hemos de remontarnos mucho más atrás y entender que la coctelería nació, como lo hizo en su día el gin tonic, como remedio puramente terapéutico. Y, también replicando la historia de la ginebra, nacería en su forma más primitiva entre monjes. Y es que se le atribuye a la orden Benedictina del siglo XVI ser quienes sembraron el germen de la actual coctelería con sus elaboraciones de alcoholes y hierbas con fines medicinales.

Un punto de partida al que le tomarían el relevo, siglos después, aquellos farmacéuticos antiguos que jugaban con alcoholes y alquimia para preparar remedios para dolencias de lo más variopintas: desde sufrir desmayos hasta (como se define en los libros de Farmacia antiguos) “superar periodos inexplicables de tristeza”.

La historia de la coctelería también está ligada a los monjes

La historia de la coctelería también está ligada a los monjes

A estos cócteles farmacéuticos se les llamaba Eau de Vie (agua de vida) por su capacidad de hacer sonreír y levantar el ánimo a los pacientes.

Sin embargo, para muchos estudiosos de la coctelería no sería hasta el siglo XIX en Nueva Orleans cuando ésta nació en realidad también de la mano de un farmacéutico. Y es que se atribuye a Antoine Peychaud el primer cóctel como tal de la historia moderna: una singular mezcla haitiana a base de Amargo, Coñac, azúcar y especias.

Una receta que, lejos de perderse en el tiempo, perdura hasta nuestros días.

JERRY THOMAS Y LA GUÍA DEL BARTENDER

Pocos años después y al otro lado del país, Jerry Thomas comenzaría a labrarse la leyenda que le acompaña hasta el día de hoy y que le postula como el creador de la primera guía para bartenders. Un reconocimiento que le presupone como el auténtico padre de la coctelería.

Y no es para menos: a su granada labor de bartender y reconocida creatividad en el Nueva York de la época, le siguió su singular periplo a lo largo y ancho de Estados Unidos. Un viaje de local en local para descubrir y documentar las combinaciones de alcoholes que se realizaban en cada sitio.

Jeremy Thomas´Bartenders Guide, la primera guía de coctelería de la historia

Jeremy Thomas´Bartenders Guide, la primera guía de coctelería de la historia

Fruto de aquel viaje y de su propia experiencia nacería la primera de sus publicaciones: Jerry Thomas´Bartenders Guide. Una publicación que, en 1862, supuso un auténtico motor para el desarrollo de la coctelería con una clara filosofía: “cómo mezclar bebidas” o “la mejor compañía del bon vivant“.

Dos frases que rezan en su publicación y que reflejan el espíritu de cada una de sus páginas.

LA LEY SECA: CREATIVIDAD AL PODER

Más allá de los interrogantes de sus orígenes, lo que sí es un hecho probado es que los años de la Ley Seca supusieron uno de los momentos más creativos de la coctelería.

Unos años en los que la prohibición y la mala calidad de las bebidas alcohólicas obligaron a innovar en las combinaciones, no con vistas a innovar sino más bien para disfrazar el mal sabor del alcohol.

Curiosamente, lo que surgió como necesidad acabó por convertirse en una nueva guía de coctelería. Un recetario que perdura hasta nuestros días, con creaciones tan populares como el Gimlet o el Tom Collins.

Una auténtica herencia de sabores y combinaciones a la que le quedan todavía muchas recetas por escribir.