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Las dos caras del Café Oliver

Podemos asegurar que vamos a hablar de todo un clásico de Madrid: el Café Oliver. Situado en una de las zonas más chic de Chueca, en la calle Almirante, el Oliver se ha convertido en un reclamo para todas las horas del día. Algo que no es fácil: uno puede especializarse en los desayunos, en las comidas o en la noche, pero ser un referente a todas las horas del día es algo que sólo pueden conseguir unos pocos. Y, sin duda, este local madrileño con tradición lo ha conseguido.

Lo primero que llama la atención es el poderoso color azul que muestra una fachada que no da pista alguna sobre lo que puede encontrarse en su interior. Un profundo azzurro, como dirían los italianos, para dar imagen a este bonito local que destaca de entre todos los que se encuentran en el barrio de Las Salesas, intensa zona de shopping y de nuevas tiendas gourmet. Por sus años de andadura, ha sido espacio mágico para actores, cantantes y personajes varios de la farándula. El Oliver, como se le conoce, fue creado en 1966 por el actor Adolfo Marsillach, un referente de nuestro teatro y cinematografía. Las crónicas de hace unos cuantos años ya definían de esta manera este curioso lugar:

“Oliver nació cuando aún Madrid no se había llenado de pubs. Oliver y su decoración de tipo inglés abrieron el camino de unas nuevas formas
en el arte de la tertulia”

Y así, con el boca a boca, este espacio se convirtió en un frenético refugio para la beautiful people madrileña de la época, con amplios horarios y hasta con un pianista poniéndole notas coloridas a la bohemia local.

UN LOCAL QUE SE HA REINVENTADO CON LOS AÑOS

Adaptándose a los nuevos tiempos, teniendo en cuenta que el barrio donde se sitúa es uno de los más punteros en tendencias, desde hace doce años los nuevos propietarios del café le han dado una vuelta de tuerca al concepto de restaurante al uso. La cocina, de clara influencia mediterránea, ofrece una selección de los mejores platos de temporada. El menú del día ofrecía, por ejemplo, en este mes de febrero, una Polenta cremosa con salteado de setas y una Raya “beusse noix” con puré de calabaza. Una delicia para paladares sibaritas que valoren el placer de los sabores.

La decoración del Café Oliver conserva el encanto de los cafés de Madrid de mediados del siglo XX Imagen: Café Oliver

La decoración del Café Oliver conserva el encanto de los cafés de Madrid de mediados del siglo XX
Imagen:Café Oliver

Los domingos, la cita obligada es su famoso brunch. Uno que tiene el mérito de ser el primer brunch que se puso de moda en Madrid. Os recomendamos, eso sí, que os arméis de paciencia o en su defecto madruguéis: la afluencia de público es copiosa y la archiconocida influencia British de su propuesta hace que sus famosos Huevos Benedictine  sean el deseo de cuantos concurren a saborear el día de otra manera. Incluso el singular escenario humano forma parte del ambiente del Café Oliver: bloggers de moda, jóvenes seguidores de tendencias, actores o mujeres de mediana edad rinden pleitesía al desayuno-comida que ofrece uno de los locales más conocidos de la capital.

DE DIA CAFÉ, DE NOCHE CLUB

Sin embargo, para los nocturnos el Oliver también depara sorpresas. El local guarda una en forma de cueva: el Club Oliver, un espacio subterráneo donde bailar, disfrutar de combinados y asistir a distintos talleres secretos. Habrá que estar atento los próximos meses, pero en lo que llevamos de año el Café ya ha celebrado sus Talleres Clandestinos de Gin Tonic. Miguel Ángel Monroy, Campeón de España al Mejor Gin Tonic, se encargó de impartir unas clases sobre el origen de la ginebra, y a elaborar con distintas tónicas e ingredientes unos ricos combinados en busca del gin tonic perfecto.

Situado en el subterráneo del local, el Club Oliver es una apuesta perfecta para disfrutar de la noche Imagen: Café Oliver

Situado en el subterráneo del local, el Club Oliver es una apuesta perfecta para disfrutar de la noche
Imagen: Café Oliver

Seguro que los catadores de estos encuentros han caído rendidos al sabor de un twist de pomelo rosa en una copa de Brockmans. Un Perfect Serve Like No Other que se puede disfrutar en Oliver para vivir un viernes, algo tienen las noches de los viernes, de una de las maneras más auténticas de Madrid.

Café Club Oliver
Calle Almirante, 12. Madrid.
Teléfono y reservas:  915 217 379