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Cómo hacer un gin tonic perfecto
El gin tonic sigue siendo el amo y señor de las barras y, a pesar de todo, sigue planteando una duda casi eterna: cómo hacer un gin tonic perfecto. Algo que, lejos de lo que parece, conlleva cierta complejidad si queremos disfrutarlo plenamente.
El gin tonic ha venido para quedarse entre nosotros. Un fenómeno del que es responsable, en gran medida, la irrupción de ginebras premium como Brockmans Gin.
Lejos del combinado que era hace algunas décadas, a día de hoy el gin tonic supone una auténtica oportunidad gourmet de saborear matices, aromas y paladares distintos. Una identidad que podemos descubrir por completo con unas pocas claves básicas que inciden de manera directa en el sabor del gin tonic.
Pautas que van más allá de los pasos clásicos de su elaboración y que nos permitirán descubrir el carácter de un gin tonic, respetando su sabor.
CLAVES PARA EL GIN TONIC PERFECTO
A pesar de las elaboraciones más complejas, la base de un gin tonic perfecto es sencilla: el respeto. Respeto por el sabor original de la ginebra, la temperatura de los ingredientes y la sencillez innata del combinado en sí.
Medidas: ni más ni menos
En muchas ocasiones, se cae en el error de pensar que para que un gin tonic sea perfecto tiene que ser un gin tonic cargado. Lejos de esa creencia popular, lo cierto es que la proporción de ginebra de un gin tonic será determinante en su sabor. Y no: si nos extralimitamos en la cantidad de ginebra no vamos a conseguir un gin tonic mejor sino, más bien, vamos a estropear la calidad de sabor de la copa y la experiencia de saborearla.
La cantidad ideal de ginebra para un gin tonic es de 50 mililitros. Una medida perfecta para mezclar con la cantidad de tónica presente en una botella (200 mililitros).
Grados y tempos
La temperatura, tanto de la tónica como de la ginebra, son decisivas para elaborar un gin tonic perfecto. Un aspecto en el que el hielo es fundamental para equilibrar la temperatura de la ginebra antes de servir la tónica y evitar, así, que la diferencia de grados pueda romper la burbuja.
Y si los grados son importantes, también lo son los tiempos. Disfrutar de un gin tonic comienza con su elaboración y, precisamente por eso, su sabor no es buen amigo de las prisas. Un buen motivo para servir la tónica lentamente, sin impaciencia, con vistas a preservar el carbónico de la tónica que hayamos elegido para el gin tonic según sus cualidades particulares.
Cuidar el sabor original
La elección de la tónica o de los botánicos que acompañen un gin tonic perfecto ha de hacerse con un único objetivo: respetar la personalidad original de la ginebra. Una manera perfecta no solo de no alterar su sabor original sino, también, de ensalzarlo todavía más.
Ante la duda de qué tónica o botánico elegir, nada como dejarse guiar por el Perfect Serve de cada ginebra.
Un buen vaso para un mejor gin tonic
Elegir correctamente dónde vamos a disfrutar un gin tonic también incide de manera directa en su disfrute. Lo más recomendable es elegir un cristal de calidad que no solo permita saborear mejor el gin tonic sino, además, utilizar el hielo correcto (voluminoso y compacto) para mantener la copa a la temperatura adecuada durante más tiempo (o, lo que es lo mismo, hasta que terminemos de disfrutar de nuestro gin tonic).
El cítrico
Los cítricos son parte de la esencia del gin tonic y, además, un botánico presente en ginebras aromáticas como Brockmans Gin (que incluye naranja amarga y limón en su receta). Así pomelo, lima o limón se postulan como compañeros perfectos para un gin tonic con un matiz importante: que no todos los cítricos son buenos aliados de todas las ginebras.
De ahí que la inclusión de un cítrico en un gin tonic se ha de hacer para ensalzar los matices propios de la ginebra, no para enmascararlos.
Y, con estas pautas, solo podemos hacer una última sugerencia: disfrutar de un Perfect Serve de Brockmans y comprobar cómo saborear un gin tonic perfecto.