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“Seaflowers”, el cóctel de Santamaría (Madrid)

Rendir tributo al cóctel: ese fue el objetivo con el que ahora hace siete años abrió sus puertas Santamaría La Coctelería de Al Lado. Un local en el transgresor barrio madrileño de Malasaña, que surgió como surgen las buenas ideas: después de una noche con amigos y cócteles. Una ruta por las coctelerías clásicas de la ciudad fue el punto de partida de un local que, después de siete años, continúa reivindicando el espíritu con el que nació: mimar el cóctel. Y no solo desde el punto de vista de los alcoholes sino, también, de la creatividad de sus propuestas.

Pero no es solo la coctelería la niña mimada de Santamaría La Coctelería de Al Lado. Para este local, situado en la calle Ballesta, todos los detalles son importantes. Una razón de peso para elegir un espacio singular para su propuesta: una antigua casa de citas. De ella solo se conserva la barra y el espíritu de unas paredes que han cobrado una nueva vida para invitar al visitante a disfrutar de los pequeños placeres de la vida.

Además de característica barra larga de cuero negro, el espacio busca crear una atmósfera íntima y distendida. Su exquisitez no solo está en una carta en la que el gin tonic. Una que comparte reinado con su propuesta de coctelería, que aúna recetas clásicas con otras de autor. También puede saborearse en un espacio cuidado al milímetro. Luces de campana verde, muebles reciclados y accesorios retro ponen su parte en la experiencia de sentarse en sus sofás para dejar correr el tiempo.

Es en este refinado hábitat donde Davide Fracasso, Head Bartender del local, diseña y crea los tragos que se pueden disfrutar en Santamaría La Coctelería de Al Lado. Un joven veneciano que estudió Hostelería en su Italia natal, pero que se enamoraría perdidamente de la coctelería en nuestro país. Una pasión que le llevaría a viajar para ampliar su conocimiento sobre los sabores, o que le empujaría a peregrinar por las mejores coctelerías de Londres para empaparse de ellas. Unas vivencias que le formarían, también, como bartender y que, desde hace cuatro años, plasma en sus creaciones tras la barra de este local con peso específico en Madrid.

CREATIVIDAD Y FORMACIÓN, LAS CLAVES DEL HEAD BARTENDER DE SANTAMARÍA

¿Cuál es el botánico o el garnish sin el que no podrías vivir? El pomelo

El bartender ¿nace o se hace? Sin dudarlo, se hace. A base de muchas horas de trabajo, estudio y dedicación. Quizás la predisposición y buena actitud frente a las personas sí sea un don que no se aprende. Y es vital para desarrollar esta profesión.

¿Hacia dónde crees que evoluciona la coctelería en España? Hacia arriba. Está mejorando muchísimo día a día en todos los aspectos. Un punto fundamental es que los clientes ya no miran las cartas. Se dejan llevar y aconsejar por los profesionales de la barra. Un detalle que crea una sinergia importante que ha obligado y, también, provocado que el nivel haya mejorado una bestialidad .

¿Qué es lo más divertido que te ha pasado detrás de la barra? Que se pueda contar: un cliente que presumió de ser el mejor cliente del bar. Y, después de consumir una cuenta considerable, se dio cuenta de que no tenía la cartera.

¿Por qué cóctel sientes especial predilección? Negroni , sin dudarlo. Es el primer cóctel que aprendí a elaborar pero, también, el primero que serví y vendí a un cliente. Además, la historia del Negroni es la de un cóctel mítico y, añadido, es una receta admirable por su alquimia y equilibrio. Una obra de arte en sí mismo a pesar de su sencillez.

¿Qué es lo que más te gusta de Brockmans? Las gin vanguardistas como Brockmans aportan un giro interesante a los cócteles clásicos con ginebra. Brockmans, sin duda, revolucionó este nicho. Revisitar los clásicos con buenos productos base siempre es bueno, con cierto criterio y experiencia. La coctelería tiene normas, pero no tiene leyes.

«Seaflowers», ¿por qué has llamado así a tu cóctel? Mi cóctel es un homenaje a la compleja sensualidad de Brockmans. Está inspirado también en la cultura japonesa. Una que es equilibrio entre la iconografía de sus agraciados jardines zen y la potente imagen de los samurais. Una auténtica metáfora de lo que es Brockmans.

INGREDIENTES DEL CÓCTEL CON BROCKMANS DE SANTAMARÍA

Cóctel con Brockmans Gin de Santamaría La Coctelería de Al Lado
  • 60 ml. Brockmans Gin
  • 30 ml. licor de jazmín
  • 20 ml. solución salina
  • 20 ml. solución hidroácida
  • 15 ml. sirope blanco

ELABORACIÓN DEL CÓCTEL CON BROCKMANS DE SANTAMARÍA

Añadir todos los ingredientes en una coctelera fría con hielo macizo. Agitar enérgicamente apenas unos segundos.

Realizar doble colado antes de servir en una copa previamente enfriada.

Sensualidad e intensidad: dos ingredientes de un cóctel que reflejan el sabor de una ginebra y de un local con carácter propio.