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Los nudos de corbata más originales
La corbata, signo de distinción a lo largo de los siglos, se reinventa. Este complemento masculino ha vivido una auténtica evolución a lo largo de su historia. Es curioso saber que su nombre nació en el siglo XVII para referirse a los pañuelos que el ejército croata llevaba anudados al cuello. Con el tiempo se convirtió en un distintivo de fortaleza, elegancia y status-symbol.
A pesar de los looks más desenfadados que prescinden de ella (el mismísimo Barak Obama ha renunciado a usar corbata en muchas ocasiones) o al reinventado estilo chic de la pajarita (que se postula como prenda en boga), la supervivencia de la corbata pasa por un aspecto singular: su nudo, el cómo lucirla. Un auténtico símbolo de distinción que, lejos del estilo inglés o el francés (dos de los más comunes) tiene muchas maneras de exhibirse.
DE SÍMBOLO MASCULINO A LIBERACIÓN FEMENINA
Según el nudo que elijamos, así seremos. La creatividad para anudarla parece no tener límites. Teniendo en cuenta que la corbata es una prenda que eleva el ego, mejor olvidarnos del rutinario y aburrido nudo que nos hacemos antes del café con los ojos cerrados. Hasta el reputado psicoanalista Sigmund Freud elevó la corbata a símbolo fálico. Una manera de vestir un complemento masculino con un mundo simbólico propio con dos valores bien definidos: virilidad y autoridad.
Así que con tanto poder y misterio no es de extrañar que a principios del siglo XX la corbata se convirtiese también en un complemento femenino. Un envite de algunas mujeres Like No Other por retar la masculinidad imperante en la sociedad. Mujeres valientes y transgresoras como Marlene Dietrich o Katherine Hepburn desafiaron las normas iniciando una corriente pionera en el mundo femenino: combinar corbatas a juego con sus pantalones. Un gesto de liberación femenino que, todavía hoy, mantiene adeptas entre quienes consideran la corbata como un accesorio de moda más.
CUANDO EL NUDO DE TU CORBATA HABLA POR TI
Romper con el clasicismo es una buena apuesta por modernizar la corbata. Una ruptura en la que conseguir un estilo más personal pasa por arriesgarse a algo sencillo: anudarla de una manera diferente. Transmitir la personalidad de quien la lleva en un gesto tan sencillo como romper con lo establecido a pesar de usar corbata.
Buscando un estilo más personal, estos son algunos de los nudos que rompen con el look habitual:
- Nudo Onassis:
Lo popularizó el magnate griego Aristóteles Onassis. Ideal para usar con corbatas largas, ya que además el nudo en sí queda escondido a la vista. Aporta un toque de modernidad y originalidad, y se recomienda acompañarlo de la famosa ‘Aguja Onassis’. Es una lazada para nostálgicos: dado que la prenda se arruga mucho menos, la vida de la corbata será más larga.
- Nudo Merovingio:
Aunque también es conocido como nudo Atlántico, fue gracias a un personaje del cine (Merovingio, de la película The Matrix) como se puso de moda. Para conseguir un resultado óptimo es necesario contar con una corbata larga, ya que se trata de un triple nudo. Se presenta, realmente, como tres nudos de corbata alineados y por eso requiere algo destreza para elaborarlo.
- Nudo Trinity:
Este nudo también necesita de algo de destreza y de paciencia, sobre todo la primera vez. Sin embargo es muy atractivo y aporta elegancia. Se recomienda acompañar de camisa clásica con botón en el cuello y, si está bien hecho, el resultado será una lazada triangular y tres veces simétrico. Los especialistas recomiendan llevarlo en momentos de ocio, nunca en entrevistas de trabajo, no vayamos a desviar la atención del entrevistador en descifrar cómo hemos llegado a ese resultado.
- Nudo Eldredge:
Sí, es un nudo complicado, así que si hay prisa no es el más recomendable. Aporta singularidad y frescura. Sin embargo, algunos especialistas en imagen no lo recomiendan porque maltrata las corbatas y si no está perfectamente hecho es un nudo muy grueso. Casa perfectamente en un vestuario de época o para ceremonias singulares.
- Nudo Windsor:
Este nudo lo puso de moda el Duque de Windsor en los años treinta. Hoy está considerada una lazada clásica, que aporta elegancia y distinción. Es recomendable, para que se observe mejor, vestir un cuello de camisa ancho y que la corbata sea 40 cm más larga de lo habitual. El resultado es un nudo triangular simétrico que siempre se usa para reuniones formales.
¿Te atreves con estas propuestas Like No Other?
Autor: Nicolás Grijalba