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4 consejos para hacer fotografías de cócteles

Inmortalizar cada momento para volver a él y recrearnos se ha impuesto ya como parte de nuestra filosofía de vida. Algo que, gracias a la tecnología de los smartphones y las redes sociales, es todavía más sencillo. Y en mitad de esa vorágine de compartir nuestras vidas, surge una auténtica necesidad: hacer fotografías de cócteles para que la imagen diga casi lo mismo que saborearlos.

La imagen, la buena imagen, se ha convertido en clave en las redes. Un auténtico imperativo, el de cumplir con unos cánones estéticos cada vez más exigentes, que obliga a jugar con las cámaras de nuestros teléfonos como si de equipos profesionales se tratara. Ajustes de luz, filtros y hasta recortes que nos ayuden a enseñar ese cóctel que hemos disfrutado como lo que era: una auténtica delicia para los cinco sentidos, vista incluida.

A pesar de que el ambiente en el que disfrutamos de los cócteles es lo menos parecido a un estudio de fotografía, lo cierto es que hay ciertos trucos que nos ayudarán a hacer fotografías de cócteles más que aceptables para compartir en nuestras redes.

Pequeños trucos para que, foto a foto, consigamos mejorar el resultado hasta conseguir que la imagen le haga honor a la realidad. Que consiga contagiar a quien ve la foto del espíritu del momento, recreándose en cómo sabrá ese cóctel.

CUATRO CLAVES PARA FOTOGRAFIAR CÓCTELES

Es importante partir de la base de que la fotografía gastronómica, incluso desde un punto de vista amateur, es complicada. El trabajo que se esconde tras una simple imagen puede ser fruto de horas, un tiempo invertido para crear la foto perfecta que consiga seducir a quien la ve.

A pesar de ello, veamos algunas pautas a tener en cuenta para conseguir hacer fotos de cócteles de las que sentirnos incluso orgullosos. Fotos que no dispondrán de un espacio estudiado al milímetro pero sí de uno de los hábitats más singulares que existen: un local poblado de botellas, recetas y posibilidades para dejar volar nuestra creatividad y capturar un momento en una imagen.

1. La luz

Empezamos por el aspecto que más nos complica la existencia en la fotografía de cócteles. Y es que, no nos engañemos: el ambiente de los locales no suele ser el más luminoso porque, precisamente, es esa penumbra la que crea su auténtica atmósfera. La que nos invita a dejarnos llevar, a reír, charlar y disfrutar del sabor de una copa. Vencer ese ambiente no debe ser nuestro objetivo. Lo realmente importante es que nos aliemos con él.

Con esto nos referimos a para fotografiar cócteles tendremos que valernos de la propia iluminación del local: luces indirectas, lámparas o velas pueden el foco que necesitamos en ese momento. Si no fuera suficiente esa luminosidad, también podemos valernos de la linterna o el flash de otro teléfono que tengamos a mano.

Y si estamos en una terraza o un local con luz natural, tendremos que evitar que incida directamente sobre el cóctel para evitar reflejos. Para ello, además de buscar el mejor lugar para la foto, nada como jugar con las luces del atardecer.

2. La composición

Olvidémonos de esas fotos de cócteles en las que la composición es perfecta sobre un fondo oscuro. Lejos de eso, que es fruto de estudio fotográfico, nada como sacarle partido al local en el que estamos disfrutando del cóctel. Ya sea un rincón, el botellero o la propia barra pueden crear esa composición perfecta que buscamos, incluso para ser únicamente un recurso para contextualizarlo.

Una forma, también, de darle visibilidad al local en el que estamos y de mostrar su buen hacer.

Barra de bar clásica

3. El atrezzo

Algo muy común en lo que respeta a fotografiar cócteles es acordarnos de que queremos inmortalizarlo una vez lo hemos comenzado. Algo que hace que ni la copa esté como cuando fue servida sino que, probablemente, habrá estropeado con cada trago la decoración original.

Más allá de recordar esto antes de probarlo y mantener así el garnish del cóctel en perfecto estado, es importante que nuestro cóctel tenga acompañantes. Otras copas o vasos, una botella, un accesorio personal… cualquier compañero enriquecerá la imagen e, incluso, creará la atmósfera que buscamos para transmitir una emoción de ese determinado momento.

4. El encuadre

No, no toda la foto tiene que ser el cóctel. De hecho, de ser así estaremos perdiéndonos un montón de detalles fantásticos que enriquecen la imagen; además de desmerecer en gran medida a la propia bebida. Si lo que buscamos es, precisamente, convertirla en protagonista tendremos que elegir un encuadre que permita ubicarla en un lugar y en un momento. Porque son, precisamente, esos detalles de alrededor de nuestro cóctel los que lograrán hacer que brille con luz propia.

Y como es el oficio el que hace al maestro, nada como practicar para conseguir hacer fotografías de cócteles que reflejen una pizca de lo que encierran las copas.

Sabores, aromas y momentos que serán únicos, aún inmortalizándolos.