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Albert Einstein, biografía de emergencia para conocer al genio

Hoy, 20 de marzo de 2015, se cumplen 99 años de la publicación de la Teoría general de la relatividad en la Academia Prusiana de las Ciencias. A 365 días de que la teoría que cambió por completo la visión del ser humano sobre el universo cumpla un siglo, queremos revisar la figura de su autor. Albert Einstein (1879-1955) fue, sin duda, el primer icono pop venido del mundo de la ciencia y uno de los personajes más relevantes del siglo XX. ¿Por qué es Albert Einstein un científico Like No Other? Intentaremos desglosar su personalidad a través de tres facetas fundamentales, así como de algunas de las grandes frases de Albert Einstein.

Albert Einstein

Albert Einstein

ALBERT EINSTEIN CIENTÍFICO

Parece obvio decir que Einstein era científico, lo que no es tan conocido es hasta qué nivel lo fue. Para Einstein la ciencia lo era todo. El estudio continuo y la perseverancia constante en su trabajo teórico eran para él la llave hacia el conocimiento y hacia un intento de comprender el universo. Y en torno a esta curiosidad giró toda su vida, incluso dejando de lado otros aspectos que, para la mayoría, son más importantes, como las relaciones familiares o amorosas.

Se dice que Albert Einstein no empezó a hablar hasta los 3 años de edad, algo que llegó incluso a preocupar a sus padres, Hermann Einstein y Pauline Koch, quienes pensaban que el niño podía sufrir algún tipo de discapacidad intelectual. Nada más lejos de la realidad. El pequeño Albert pronto comenzó a destacar en sus estudios, sobre todo en aquellos relativos a las ciencias naturales. Muchas veces, al hablar de la etapa escolar de Einstein se comenta que obtuvo malas calificaciones en el colegio, algo que es totalmente falso y que se debe a un error cometido por los primeros biógrafos que escribieron sobre el genio. Malinterpretaron las calificaciones de Einstein, todos seises, que eran la nota máxima en el sistema escolar suizo pero, por el contrario, la más baja en el sistema alemán.

Albert Einstein a los 3 años de edad

Albert Einstein a los 3 años de edad

A los 15 años se dedicaba, motu proprio, a estudiar el cálculo infinitesimal, lo que refleja la pasión y lo prematuro de su interés por la ciencia. Lo que sí es cierto es que su escepticismo le granjeó más de un problema con sus profesores. Uno de ellos, el Dr. Joseph Degenhart, llegó incluso a decirle que nunca conseguiría nada en la vida. Todo un visionario el tal Dr. Degenhart.

En 1896 comienza a estudiar en la Escuela Politécnica Federal de Zurich, donde conoció a Mileva Maric, una compañera de clase que se convertiría, años después, en su primera mujer. Mileva era muy inteligente, feminista y de talante radical. Einstein se enamoró de ella y la consideraba su alma gemela. De ella llegó a decir: «Es una persona que es mi igual y tan fuerte e independiente como yo»

En 1902 Albert y Mileva tuvieron una hija. Por miedo a que la desaprobación social truncase sus carreras profesionales, ambos decidieron que Mileva la tuviese en secreto en su Serbia natal. De esta hija, llamada Lieserl, nunca volvió Einstein a saber nada, ya que según parece fue dada en adopción. Las prioridades de Einstein eran claras: no podía renunciar a la ciencia.

Einstein se casó finalmente con Mileva en 1903 y en 1904 comenzó a trabajar en la Oficina Federal de la Propiedad Intelectual de Suiza. Juntos tuvieron otros dos hijos, Hans Albert (1904) y Eduard (1910), pero Einstein, constantemente absorto en su trabajo científico, nunca les prestó demasiada atención. Trabajaba 8 horas al día, 6 días a la semana y después de su jornada laboral en la oficina de patentes, se dedicaba a trabajar en casa en sus teorías físicas.

Einstein como trabajador de la Oficina de Patentes de Berna (Suiza)

Einstein como trabajador de la Oficina de Patentes de Berna (Suiza)

En 1905 terminó su tesis doctoral. Una nueva determinación de las dimensiones moleculares, cuyo tema le fue inspirado al pensar en las dimensiones de las moléculas de azúcar mientras tomaba una taza de té con su amigo Michele Besso. ¿Qué tesis hubiese escrito si en lugar de té hubiesen compartido un gin-tonic? Nunca lo sabremos.

Después de su tesis, ese mismo año de 1905 llegarían otros artículos científicos, entre ellos, los que le dieron fama mundial: Efecto fotoeléctrico, Movimiento browniano y Teoría de la Relatividad Especial. Y ya en 1915 escribió la Teoría general de la relatividad, presentada públicamente el 20 de marzo de 1916.

Con toda esta actividad intelectual, poco tiempo le quedaba al bueno de Albert para la familia. Esto, sumado a las múltiples infidelidades por su parte, hicieron que Mileva y él se divorciasen el 14 de febrero de 1919, irónicamente, día de San Valentín.

Einstein volvería a casarse ese mismo año con Elsa Loewenthal, una prima carnal que estuvo cuidando de él durante un período de fuerte agotamiento debido a su imparable ritmo de trabajo. Elsa era totalmente diferente a Mileva, mucho más dócil y complaciente. No molestaba a Einstein mientras trabajaba y sobrellevaba mejor las infidelidades del genio de la física. Y es que ya en su etapa americana en Princeton, Einstein se había convertido en una auténtica celebridad. Podía trabajar en lo que se le antojaba, tenía mucho dinero y era mundialmente respetado, lo que provocaba la admiración de muchas jovencitas. Según se cuenta, cuando Einstein invitaba a alguna mujer a su casa, la recibía vestido solo con una bata de seda, que “accidentalmente” se abría en medio de la charla, momento que aprovechaba Albert para tantear el interés, o la ausencia del mismo, por parte de su invitada. En defensa de Einstein, cabe remarcar que siempre pedía a sus amantes que llevasen consigo una cajita de dulces para su mujer Elsa.

Albert Einstein con su mujer Elsa

Albert Einstein con su mujer Elsa

Así era Albert Einstein, brillante en su trabajo y, digamos, relajado en cuanto a las relaciones personales. En 1921, recibió el Premio Nobel de Física por su trabajo sobre el Efecto fotoeléctrico y por sus valiosas aportaciones a la física teórica. El mayor reconocimiento académico que un científico puede obtener.

Albert Einstein, 1920

Albert Einstein, 1920

ALBERT EINSTEIN PACIFISTA Y ACTIVISTA POLÍTICO

 

Albert Einstein era pacifista comprometido. Ya desde niño aborrecía los desfiles militares que tenían lugar en su Alemania natal. Al ser judío, tuvo que exiliarse en EEUU meses antes de que Hitler llegara al poder, convencido de que no había futuro para él y su familia en Europa.

Antes de esto, los nazis ya lo habían señalado como su enemigo. Para ellos, Einstein era solo otro judío y dedicaron numerosos esfuerzos a intentar desacreditarle profesionalmente. Llegaron incluso a publicar Cien autores contra Einstein (1931), libro en el que 100 científicos pro-nazis intentaban tirar por tierra sus teorías. Ante tal hecho, Einstein se limitó a decir: “¿Por qué cien? Si estuviera equivocado, bastaría con uno solo.”

Pero no solo presentó oposición a la barbarie nazi, ya se posicionó anteriormente en contra de las hostilidades que desembocaron en la Primera Guerra Mundial. En 1914 el Imperio Alemán consiguió que 93 intelectuales firmaran un manifiesto a favor de la invasión alemana de Bélgica, llamado Manifiesto para el Mundo Civilizado. Solo Einstein y otros tres intelectuales se negaron a firmarlo. El primero llegaría a afirmar:
“Es increíble lo que Europa ha desatado con esta locura. (…)
En estos momentos uno se da cuenta de lo absurda que es la especie animal a la que pertenece.”

Ya en 1939 en EEUU, la intervención de Einstein a través de su famosa carta a Roosevelt fue crucial en el posterior devenir de los acontecimientos. Anteriormente, muchos físicos habían intentado persuadir a los mandos militares estadounidenses de que centraran sus esfuerzos en el desarrollo de la fuerza atómica. Sin embargo, fue Einstein, quien mediante una carta al Presidente de Estados Unidos, convenció finalmente a este último de poner en marcha el Proyecto Manhattan, cuya finalidad era la creación de la bomba nuclear antes de que lo consiguiera la Alemania nazi.

Podríamos decir que aquel fue el mayor dilema al que tuvo que enfrentarse Einstein como pacifista convencido. Tras escribir la carta, dijo a sus alumnos:

“Sé que os he decepcionado, pero para garantizar la libertad y trabajar para conseguir la paz de futuras generaciones hay que parar a Hitler y a su ideología”

Albert Einstein y Robert Oppenheimer (Proyecto Manhattan, Bomba Atómica)

Albert Einstein y Robert Oppenheimer (Proyecto Manhattan, Bomba Atómica)

Tras los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, Einstein se confesó arrepentido de haber escrito aquella carta, sobre todo después de saber que los nazis no estaban tan cerca de conseguir el arma nuclear como pensaba.

En cualquier caso, hay que decir que, si bien la bomba atómica basa su funcionamiento en las teorías de Einstein, este nunca participó en su desarrollo. De hecho, los militares encargados de desarrollar el arma ni siquiera consideraban a Einstein alguien digno de su confianza.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Albert Einstein se valió de su fama y reconocimiento mundiales para luchar activamente contra el uso de armas de destrucción masiva impulsando, por ejemplo, el Manifiesto Russell-Einstein (1955) en contra de la proliferación de las armas nucleares.

Recibiendo la ciudadanía estadounidense, 1940

Recibiendo la ciudadanía estadounidense, 1940

ALBERT EINSTEIN FILÓSOFO

 

Debido a su prestigio mundial y a su conocimiento del universo, muchas eran las religiones que querían “llevarse al huerto” a Albert Einstein. Por ello, el físico alemán era preguntado a menudo por sus creencias en materia de religión.

Einstein se declaraba agnóstico, que no ateo, y tenía una visión panteísta de Dios, esto es que consideraba que el universo, la naturaleza y Dios eran la misma cosa. Asimismo, rechazaba frontalmente la existencia de un dios antropomorfo, con una capacidad moral superior a la del hombre y capaz de juzgar entre el bien y el mal. La idea de Dios de Albert Einstein venía motivada por un sentimiento de admiración infinita por las leyes de la naturaleza.

Las creencias religiosas de Einstein quedan perfectamente plasmadas en las siguientes afirmaciones:
“Mi religión consiste en la humilde admiración del ilimitado espíritu superior que se revela en los más pequeños detalles que podemos percibir con nuestra frágil y débil mente.”

“La más bella y profunda emoción que nos es dado sentir es la sensación de lo místico. Ella es la que genera toda verdadera ciencia. El hombre que desconoce esa emoción, que es incapaz de maravillarse y sentir el encanto y el asombro, está prácticamente muerto. Saber que aquello que para nosotros es impenetrable realmente existe, que se manifiesta como la más alta sabiduría y la más radiante belleza, sobre la cual nuestras embotadas facultades sólo pueden comprender en sus formas más primitivas. Ese conocimiento, esa sensación, es la verdadera religión.”

Con Elsa y líderes sionistas

Con Elsa y líderes sionistas

Albert Einstein murió a los 76 años de edad el 18 de abril de 1955. Dos días antes, había sufrido una hemorragia interna a causa de la rotura de un aneurisma de la aorta a la altura del abdomen. Pudo haber sido tratado quirúrgicamente, pero rechazó esa posibilidad diciendo:

“Quiero irme cuando quiero. Es de mal gusto prolongar artificialmente la vida. He hecho mi parte, es hora de irse. Yo lo haré con elegancia.”

En sus últimos años

En sus últimos años

Desde entonces y hasta nuestros días, Einstein se ha convertido en el científico más conocido de todos los tiempos. Un auténtico icono de la cultura popular del siglo XX a la altura de Elvis o Marilyn Monroe, con el mérito añadido de conquistar la gloria, no desde el Rock & Roll o desde Hollywood, sino desde la ciencia. Por todo ello, Albert Einstein es un científico Like No Other.