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Wanda Barcelona: arquitectura de moda y papel
Cuenta la leyenda que el eunuco chino Cai Lun, durante el siglo II a.C., creó a través de un exitoso proceso el papel. China se convirtió de esta manera en un imperio que supo darle un papel protagonista –y nunca mejor dicho- a este material. Lo cierto es que desde entonces hasta ahora la humanidad no hubiese sido la misma sin esta preciada pasta. Gracias a ella se han dictado normas, se ha registrado la historia y se han escrito los más bellos cuentos que jamás pudieran imaginarse.
Dándole la vuelta a este material, jugando con sus texturas, sus colores y los pliegues, precisamente los japoneses se inventaron el origami, una suerte de papiroflexia con carácter casi sagrado y de juego eterno. De esta forma el papel se convertía en metáfora, en representación mágica de las ideas: pajaritas, ranas, caballitos, flores, mariposas… Precisamente, partiendo de esta técnica milenaria, un equipo de jóvenes creadores afincados en Barcelona están engalanando con magistrales obras en papel decenas de tiendas y escaparates de todo el mundo. Hablamos de Wanda Barcelona.
Detrás de Wanda se esconden un arquitecto, un diseñador y una artista, tres jóvenes que ya han trabajado para marcas como Dior, Carolina Herrera, Hermés, Puig, Adidas o BMW. Sus proyectos, siempre nacidos del uso del papel y del cartón, recorren medio mundo decorando escaparates, escenografías, fiestas privadas o editoriales de moda. Un juego visual hecho de papel que convierte esta artesanía espacial, perfectamente diseñada y pensada, en armonía con el conjunto, arquitecturas efímeras para que el ojo se recree y disfrute.
El papel art de Wanda se extiende más allá de los posibles proyectos efímeros en los que participan. Los tres jóvenes creadores se involucran, además, en espacios concretos que redecoran, renuevan y adaptan a los nuevos tiempos. En 2011, crearon la nueva fachada de British Summer, en la vía Augusta de la Ciudad Condal: un escaparate de neones azules, afín a la imagen moderna de la ciudad, que llama la atención de todos los viandantes. O destacable es también su estrecha colaboración con la cadena internacional de hoteles Gatrooms, que siempre les ha proporciona libertad absoluta en sus trabajos.
Para el Gat Folies de París, en sus propias palabras, crearon un universo “felino y gamberro”: escaleras invadidas por gatos cabareteros y sardinas de bronce colgando del techo. Con algo más de polémica se cerró su colaboración con Gat Rossio, en Lisboa, en el año 2009. El estudio de diseño se encargó de colocar una talla de una nueva virgen que hacía los honores a tan mágico espacio: Santa Felina del Rossio. Una (santa) gatuna, fundida en bronce, no exenta de polémica para algunos, que sin embargo ha provocado un fervor minino en muchos otros turistas.
Fotos | Sabrina Bierman, Fashion House