Inspiración /
Bicicletas Like No Other para disfrutar sobre ruedas
La bicicleta es un vehículo concebido en sus inicios desde la sencillez y la humildad de sus creadores. Un medio de transporte cuyo motor es uno mismo y su fuerza. Pero aquella sencillez de sus comienzos ha evolucionado en tecnología y, sobre todo, en diseño hasta llegar a marcar tendencia y convertirse en seña de identidad e incluso marca de exclusividad.
La bicicleta se ha convertido de forma contundente en un objeto que va más allá de un simple vehículo. Buena prueba es la celebración que se realiza en la ciudad de Mónaco de una feria ciclista enfocada al consumo de bicicletas de lujo. En Like Bike se pueden encontrar bicicletas eléctricas, superdeportivas, complementos de lujo y accesorios exclusivos para un vehículo de dos ruedas que se ha convertido en seña de identidad social.
Es tal el peso de la bicicleta, de la nueva bicicleta de lujo, que reinventarla ha pasado por ser objetivo incluso de algunas de las firmas de moda de lujo más señaladas.
TIFFANY’S, HERMÈS Y SUS CREACIONES SOBRE DOS RUEDAS
Más que un vehículo, las bicicletas se han convertido en parte inherente de cualquier look. Un complemento más que cuenta también con sus propuestas más exclusivas. Por eso mismo, empresas como Tiffany´s han dirigido su atención a estas tendencias, diseñando un modelo de ensueño: puños de marfil y cuadros de plata nada menos. Una creación subastada en Nueva York como una auténtica obra de arte, como una pieza de coleccionista de arte urbano. Una misma dinámica que puede verse en la propuesta de Swarovski: una bicicleta de oro con cristales de la casa.
Hèrmes, por otro lado, apostó por producir un modelo más asequible y usable, adaptando los requisitos que cualquier ciclista clásico desea tener a la hora de dar un paseo, pero aportando un toque de distinción. Con su modelo de estructura de fibra de carbono y cuero en los asientos, aportan la siempre reconocida calidad de la firma francesa, y hacen de este ejemplar un verdadero objeto de deseo. Algo, el deseo, que comparte otra firma de moda con acento francés (Lacoste) que ha ido un paso más allá: su bicicleta de lujo cuenta con la firma del arquitecto Masamichi Katayama, responsable de su diseño.
CUANDO LA BICICLETA ES, ADEMÁS, FETICHE
Los modelos más sofisticados y glamurosos pueden llegar a considerarse auténticos instrumentos fetiches. Algunos de los mejores ejemplos de cómo las bicicletas son ya un objeto de deseo son las exquisitas piezas surgidas de la fusión entre Chrome Hearts (auténticas joyas para moteros entusiastas) y el reconocido fabricante de bicicletas para profesionales del ciclismo, Cerveló. Impactantes modelos ornamentados con piedras preciosas y cuero. Un extraño híbrido que fácilmente podría acaparar todo el protagonismo y atraer las miradas incluso en una concentración de Harley Davidson.
EL HOMOCICLISTA, UNA ESPECIE URBANA EN VÍAS DE CREACIÓN
Si el hombre urbano quiere definir su identidad ciclista, puede encontrar un gran abanico de posibilidades que van desde los diferentes modelos como las plegables, las retros, las holandesas, o las más demandadas por las más modernas tribus urbanas, como son las Fixies.
Así, todo lo que rodea a la compra a conciencia de este vehículo puede denominarse como cultura urbana ciclista. Bajo ese concepto nació Slowroom (Plaza Salesas, 2. Madrid): un lugar que, lejos de ser una tienda de bicicletas de lujo, busca ser el espacio de encuentro entre aquellos apasionados de esta moda urbana y, por qué no, de los nuevos ciclistas y curiosos que quieren adentrarse en este mundo de una forma especial. No solo es posible encontrar productos únicos (son distribuidores en exclusiva de la marca de bicicletas Schindelhauer en Madrid) sino, además, todo lo relacionado con el mundo de el ciclismo urbano: ropa, complementos, publicaciones sobre ciclismo o, como no podía faltar, un taller de reparación.
Ofrecer una experiencia diferente al comprador fue la atractiva filosofía de sus fundadores (un economista, una diseñadora y un abogado) que no han dudado en convertir Slowroom en un espacio polivalente en el que es posible comprar una bicicleta a la medida de cada personalidad mientras se ve una singular exposición de fotografía o arte relacionada con el mundo sobre dos ruedas.
Una propuesta para vivir la ciudad sobre dos ruedas con una personalidad Like No Other.