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Las catas, un universo de aromas
El concepto de catar, identificar sabores y reconocer olores se ha popularizado entre los gourmets. Las catas, que empezaron a conocerse gracias al mundo del vino, se extienden ya a otros muchos productos: jamón ibérico, aceite de oliva virgen extra y por supuesto ginebras, tónicas, etc. Pero ¿qué son las catas?
¿Cómo se desarrollan las catas de productos como el aceite de oliva, el jamón o la ginebra? Os contamos todo sobre las catas, un universo de aromas.
No es lo mismo probar un vino sin más explicación, que detenerse a hacerlo en una cata, contemplando su color, probando su aroma, detectando los distintos matices herbáceos y florales para después disfrutarlo en boca, con detenimiento, para apreciar su gusto y retrogusto nasal.
MUCHO MÁS QUE CINCO SABORES
De la misma forma, no es lo mismo probar un aceite, un jamón ibérico, un queso o una ginebra simplemente probándola a la manera habitual, que degustarla debidamente, deleitándose con todos sus detalles, con el trabajo del artesano o maestro destilador que la ha elaborado tras largas jornadas de trabajo concienzudo. Para guiarnos en esa tarea están las catas dirigidas por los profesionales.
Sabido es que nuestra boca solo percibe el dulce, el salado, el amargo y el ácido que junto al Umami (el “quinto sabor” y más desconocido de todos), son los cinco sabores que podemos detectar. Es el aroma el que matiza esos sabores permitiéndonos apreciar toda una gama de sabores por vía nasal.
Educar una nariz es un trabajo de muchos años por lo que es difícil que al hacer una cata de determinado producto, detectemos a la primera los ingredientes que han intervenido en su elaboración.
Pero en una cata de producto guiada por un profesional, es fácil ir poco a poco detectando cada matiz, percibiendo texturas, sabores, acidez, tonos afrutados y otros aromas que intervienen en cada bocado o cada trago que tomamos.
VALORAR RECONOCIENDO LOS AROMAS
Lo bueno de asistir a una cata de producto es que además de disfrutar con su ingesta, aprendemos a valorarlo, aprendemos a percibir las notas positivas y también las negativas que podríamos encontrarnos en otro producto de inferior calidad y así, apreciamos más lo que estamos tomando.
Igual sucede con la ginebra y la tónica. Del mismo modo que podemos disfrutar sin más de un buen gintonic, lo vamos a apreciar mucho más si asistimos a una cata en la que nos explican la historia de la quinina, la importancia de las burbujas o las características que tiene el hielo.
Si probamos una ginebra, disfrutamos más si nos enseñan cómo detectar los cítricos y botánicos que acompañan al alcohol, que hacen de nuestro combinado una experiencia inolvidable, un Gin Tonic Perfecto.