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Cinco consejos para crear una carta de coctelería
Experimentar, probar distintos sabores y dejarse sorprender por lo que un cóctel nos ofrece. Con ese espíritu, son muchos los locales que han apostado fuerte por la coctelería como una parte más de su oferta. Algo que no solo debe transmitirse al cliente, para que pueda disfrutar de las elaboraciones de la casa; sino que, además, no debe hacerse a la ligera.
Cómo hacer una carta de coctelería es tan importante para un local como lo es, en el caso de un restaurante, la selección de sus platos o sus vinos. Es importante tener claro que aquellas creaciones, propias o ajenas, que plasmemos en la carta no solo serán la presentación de nuestro local sino, en gran medida, una manera de contagiar a cada cliente de su espíritu. De su manera de entender los destilados, la creatividad de sus bartenders y su estilo particular a la hora de interpretarlos.
Por ese motivo, cada carta de coctelería debe ser un reflejo de aquello que nace, crece y evoluciona tras la barra. Una forma no solo de lograr seducir al cliente sino, también, de ofrecerle una experiencia a la altura de sus expectativas. Algo que podemos lograr tanto con elaboraciones sencillas como con recetas más complicadas.
Sin embargo y a pesar de estas bases ¿cómo crear una carta de coctelería? Está claro que cada local tiene su propia respuesta para esto; pero también que hay una serie de consejos que nos guiarán para elaborar una que no solo nos permita transmitir quiénes somos sino, también, cautive a quienes la disfrutan.
CINCO CONSEJOS PARA CREAR UNA CARTA DE COCTELERÍA
Lejos de la idea de que un bartender solo sirve copas, lo cierto es que la actualidad es una clara evidencia de que el oficio del barman va mucho más allá. A día de hoy, es cada vez mayor la competencia entre locales gracias a estos profesionales que, desde detrás de la barra, juegan y experimentan con sabores, matices y texturas creando sus propias recetas de autor.
Una creatividad que debe plasmarse en la oferta de cócteles pero que, además, debe contemplar otros aspectos fundamentales para que esta sea un éxito.
1. Creatividad sin renunciar a la coctelería clásica
Hemos de ser conscientes de que, a las décadas de herencia y recetas, se le suma uno de los momentos más florecientes de esta disciplina. Una aparente contraposición entre pasado y vanguardia que, lejos de ser excluyente, va de la mano para ofrecer a cada cliente precisamente lo que busca. Porque, a pesar de que nuestro local sea un hervidero de creatividad, lo cierto es que los cócteles clásicos continúan siendo el oscuro objeto de deseo de los amantes de los destilados. Algo que nos obligará a buscar un equilibrio entre lo de siempre y lo que cuente con el sello personal de cada local.
Aunque esta coctelería clásica puede contar con los matices personales de cada bartender, conviene contemplarla en nuestra carta no solo para atender a un público más tradicional sino, también, como manera respetuosa de poner en valor un presente que mucho tiene en deuda todavía con el pasado de la coctelería.
2. Un cóctel: cuestión de tiempo
El tiempo es un ingrediente más en una receta de coctelería y, añadido, cuenta con dos variantes. Por un lado, el de elaboración. Uno que nunca podrá ser demasiado largo, ya que especialmente en momentos de mucha afluencia puede complicar el servicio de barra y crear malestar en los clientes.
Además de este aspecto, hay que tener claro que una carta de coctelería no es algo atemporal sino que está íntimamente ligado a él. Con esto nos referimos a que tendremos que contemplar que nuestra carta cambie al menos en dos momentos del año: verano e invierno. Una manera de adecuar nuestra oferta a la demanda y gustos de cada época pero, también, de jugar con sabores propios de cada una de ellas.
3. Optimizar los ingredientes
A menudo puede suceder que una determinada receta conlleva unos ingredientes definidos que no son los habituales. Algo que si bien puede ser un valor diferencial también puede ser perjudicial para los números de un local si es solo una receta la que los incluye, cuenta con poca rotación o supone un elevado precio (que, lógicamente, repercutirá en el coste para el cliente).
Por estos motivos, lo ideal es que nuestra carta de coctelería cuente en sus recetas con ingredientes comunes entre sí para poder darles salida (sobre todo, cuando se trate de ingredientes perecederos).
4. Ofrece información de cada cóctel
Una manera de decantar a un cliente por uno u otro cóctel es conocer qué incluye su receta. De esta manera, podrá hacerse una idea mental de qué va a encontrar en la copa o, incluso, de descartar un determinado cóctel si uno de sus componentes no es de su gusto. Así y aunque nuestra carta de coctelería cuente con un apartado únicamente para el gin tonic, es importante plasmar en ella cómo se sirve cada uno de ellos (en caso de que lo hagamos de una manera diferente al Perfect Serve recomendado).
Pero, además de esta información, no está de más aportar otra que muchos clientes agradecerán: cuándo es el momento ideal para cada cóctel. O, lo que es lo mismo, que nuestra carta jerarquice su oferta como consideremos: ya sea por familias de cócteles (como comentábamos antes en el caso del gin tonic), por tipos de ginebras o, incluso, por momentos del día ideales para cada receta (aperitivo o noche, por ejemplo) o según gustos (amargos, ácidos, dulces, etc.).
Una información que siempre será bien recibida por el cliente y que, además, puede ayudarle en su decisión final.
5. Testar nuestros cócteles con el mejor juez: el cliente
Cuando realizamos la selección de cócteles, no hemos de tener en cuenta nuestros gustos personales sino, fundamentalmente, los de nuestros clientes. Serán ellos, precisamente, quienes nos ayudarán a definir con sus opiniones la carta definitiva de nuestro local. Así y si nuestro local cuenta con un creador de cócteles tras la barra, nada como que sean los clientes habituales los primeros que lo testen advirtiéndoles de que se trata de una receta novedosa que postula a tener su hueco en la carta.
De esta manera y más allá del ambiente de un local, conseguiremos ir enfocando nuestra oferta hasta consolidar una propuesta para todo nuestro público.
Un camino hasta dar con lo fundamental: una carta de coctelería en la que cualquier paladar encuentre su receta perfecta.