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El Ateneo de Madrid: cultura y rendición a la cocina italiana
Lo primero que leemos al investigar sobre el Ateneo de Madrid dice lo siguiente: se trata de una sociedad privada declarada de utilidad pública. Pues bien, fundado en 1835, bajo los vientos liberales de aquella España, el Ateneo se convirtió en la sede donde ilustrados, científicos, literatos e intelectuales de la época discutían, proponían y analizaban todos los aspectos culturales y científicos del momento. Muy bien. Perfecto. Pero, ¿qué es ahora del Ateneo?
Casi 180 años después, haciendo frente a todos los embites de nuestra historia, el Ateneo de la calle del Prado 21 resiste. Las vacas flacas y un cierto desinterés de las administraciones públicas no han podido aún con una institución que sigue dependiendo del fervor, y de la ayuda económica, de sus socios.
Ahora, en pleno 2013, por aquello de darle nuevos aires al edificio y hacer partícipe al público de un espacio casi mágico y de otros tiempos, la cadena de restaurantes La Alpargatería se ha hecho un hueco en este inmueble histórico del centro de Madrid. Choca algo, pero sólo al principio, que este nuevo establecimiento que acoge el Ateneo sea especialista en comida italiana, ya saben pizzas, lasañas, brochetas, etc, que, sin embargo, gracias a su excelente calidad enseguida se ganan al comensal. La Alpargatería sabía lo que se traía entre manos y, por el momento, ha acertado.
Y así estamos, entre cursos de yoga, danza, taichí, teatro infantil o esgrima; entre exposiciones y conferencias, conciertos y presentaciones de libros, el Ateneo busca una nueva oferta que le permita conectar con el nuevo madrileño (pese a que algunos socios no encuentren especialmente atractiva esta idea). Especial atención merece –como siempre, como desde hace más de un siglo- la gran biblioteca que alberga la institución. Obras del siglo XIX, de todo el siglo XX, hemeroteca, una bellísima sala bautizada como La Pecera, un espacio donde el tiempo no pasa, de acceso directo para socios y también para aquellos investigadores que acrediten sus estudios.
No olvidemos, además, la gran oferta de tertulias que tiene el Ateneo. Nacidos para debatir, contrastar, exponer y conocer, la institución lidera tertulias para todos los gustos: feministas, en francés, de poesía, de pensamiento marginal, de corte republicana, la llamada Tertulia de Céfiro o la bautizada Tertulia Tierno Galván, entre otras.
Un oasis mágico de pensamiento a dos tiros de piedra del barrio de las Letras o del Museo del Prado. El Ateneo se atreve, en estos tiempos modernos, a seguir llamándose Científico, Literario y Artístico. Ahora también Culinario gracias a La Alpargatería. Una experiencia única. Like No Other, que diría un refinado anglosajón.
Fotos | Ateneo, Madridalacarta