Brockmans /
Londres, ciudad de cine
Misteriosa y antigua. Tan urbanita y moderna como clásica. La elegancia natural de Londres no ha pasada desapercibida para ser en sí misma una ciudad de cine. Y conocerla implica vivir en primera persona esas localizaciones de la gran pantalla.
No hay duda de que Londres es una de las ciudades mimadas por las cámaras. La multiplicidad de sus caras han dotado al Séptimo Arte de una innumerable lista de localizaciones capaces de convertir historias tan dispares como Harry Potter o James Bond en creíbles con Londres como telón de fondo. Encontramos lugares familiares en la capital británica gracias al cine. Y, saber algunos de los más famosos, puede ser una manera de conocer la ciudad. Algo que no se le ha escapado a Film London (la agencia encargada de los rodajes de la ciudad) que asegura que uno de cada diez turistas que llegan a la ciudad lo hacen tras la pista de un lugar que han visto en el cine.
Y así, película a película, en nuestros registros mentales se registraron lugares como el famoso Lloyd´s Building y Oxford Street (retratados en aquella transgresora “Trainspotting” que mostraba el Londres de los años 90), un arrasado puente de Westminster en el que reinaba la desolación (la propia de la futurista “28 días después”), el Trafalgar Squaretheatre royal más romántico (gracias a “Love actually”), la famosa casa con su puerta azul de Notting Hill (en la que vimos sufrir a Hugh Grant y que terminó siendo subastada en la vida real) o la legendaria pantalla de Picadilly Circus tomada por los mensajes revolucionarios de “V de Vendetta”.
Descubrir todos sus rincones pasa por conocer Londres en primera persona. Pero si el deseo es hacerlo según lo que hemos visto, incluso hay un mapa interactivo para conocer dónde rodaron personajes del cine como Stanley Kubrick para ese “Eyes wide shut”, Guy Ritchie con su “Snatch, cerdos y diamantes” o la gran película de culto “La naranja mecánica”. Otros, como Alfred Hitchcock, tienen incluso su propia ruta en la ciudad.
Aunque, dejando el cine a un lado, también podemos dejarnos guiar por el instinto de la ciudad. Una manera de descubrir sus rincones cinematográficos, incluso aunque no estén en ninguna bobina de cine. Porque, con reconocimiento o sin él, Londres encierra muchos lugares en los que crear tu propia película.
Foto | Chris Downer