Brockmans /
Panaderías Gourmet: un lujo para cada día
Agua, harina, levadura y sal. Cuatro ingredientes básicos y tremendamente sencillos para hacer algo que nos hipnotiza con su magia a diario: el pan. Durante años en nuestro país fue olvidado, maltratado, denostado y hasta convertido en Enemigo Público Nº1. ¿El resultado? Su calidad degeneró y el público terminó acostumbrándose a comer un sucedáneo empobrecido y aburrido.
Afortunadamente, nombres como Iván Yarza, Javier Marca, Sergio Alvarez o Anna Bellsolà son los responsables de que todo esto haya cambiado en los últimos años y de dar un giro radical de ciento ochenta grados a este producto tan humilde, pero tan necesario en nuestras vidas. Su apuesta por una elaboración respetuosa con los ingredientes y los tiempos de fermentación y horneado adecuados unidos al entusiasmo de una nueva generación de consumidores exigentes y apasionados por la vuelta a lo artesanal han conseguido que el pan recupere su lugar de honor como uno de los reyes de la gastronomía.
La moda del pan no es pasajera.
Una corteza dorada y crujiente, una miga sabrosa y ligera, un intenso y nostálgico aroma a tiempos ya lejanos y sobre todo un sabor auténtico, a pan de verdad, sin adornos ni artificios. El veredicto está claro: una vez que lo pruebas ya no puedes conformarte con menos. Y es por eso que los apasionados del pan artesanal se cuentan por miles en nuestro país. No sólo se ha notado en la proliferación de cursos, tutoriales o en la aparición de gurús de la panadería tradicional sino en la apertura de locales que apuestan por homenajear este humilde producto y ponerlo a la altura de los paladares más gourmets. En convertirlo en toda una experiencia. El complemento indispensable para culminar un menú cuidado o para acompañar una selección de productos exquisita.
Desde la reconocida panadería Baluard (Barcelona), con su apuesta por harina molida a la piedra de la más alta calidad, pasando por Panic (Madrid), Moscose Moure (Santiago de Compostela), Migas (Valencia) o Artepan (Vitoria), entre otros, es evidente que cada vez son más los profesionales dispuestos a ofrecer un producto de la máxima calidad y más los consumidores que peregrinan a estos locales deseosos de disfrutar de un manjar que parecía ya olvidado.
Lo que empezaron unos pocos pioneros se ha convertido en mucho más que una moda pasajera gracias a la aparición de esta nueva generación de panaderías gourmet. Sin duda, es una firme decisión para recuperar uno de los alimentos más importantes de la historia de la humanidad y disfrutarlo como siempre… y como nunca antes.