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Descubre el ritmo musical más sugerente: el swing
La música swing es cálida y sensual, envuelve a todo aquel que la escucha o que la baila. El swing, nacido del jazz, se convirtió en EE.UU. a partir de la década de los años veinte en un ritmo popular y exitoso. Medio mundo, Europa incluida, se dejó mecer por los nuevos tempos musicales que proponían romper con la gran depresión producida por el crack del 29. Había que desatar los instintos y la formación característica de este estilo musical, la Big Band, ayudó a hacer la vida más soportable.
Los instrumentos habituales del jazz (piano, contrabajo y batería, algunos metales como el trombón, clarinetes y saxofones), sabiamente dirigidos y al mismo tiempo libres, conseguían crear un clima de diversión y de libertad que convertían este estilo musical en el mejor sonido para el siglo XX. Para Count Basie, uno de los músicos más relevantes del primer jazz, el swing era algo así como la suma de varias cosas buenas que le hacían a uno marcar el ritmo con los pies.
Cientos de jóvenes de los años 30 y 40, agotados por una situación bélica que parecía no cesar, se entregaron al bello placer de bailar y bailar durante largas jornadas. Las coreografías, inventadas, la mayoría improvisadas, encontraban grandes referentes en bailes del tipo claqué, charleston o lindy hop. Era tal la libertad de movimientos que, a día de hoy, no es difícil encontrar en el swing un antecedente del carácter fresco del rock and roll.
SEVILLA SWING!
Afortunadamente, a día de hoy son muchas las citas que reivindican el carácter mágico y legendario del swing, entre ellos el famoso Sevilla Swing!, un festival que se celebra los próximos días 10, 11 y 12 de abril en la capital andaluza. En su tercera edición, coincidiendo con el arranque de la primavera, este encuentro entre músicos, bailarines y aficionados pretende dar cabida a todos los estilos que pueblan el rico universo del swing-jazz.
Jugando con los sonidos que llenaban los salones de baile de las primeras décadas del pasado siglo, Sevilla Swing! potenciará las clases de baile colectivas donde todo el público sevillano se podrá acercar a estos ritmos locos que inventaron principalmente la comunidad negra y el mestizaje. El swing, repleto de enloquecidos bailes, fue el mejor reflejo de que la sociedad de aquella época estaba ávida de una mayor libertad. Precisamente algunos de los workshops propuestos por el festival pretenden indagar en los primeros estilos de baile que poblaron las calles de Nueva York.
Profesores como el cubano Samuel Rigal o la catalana Neus Caamaño se acercarán por el Espacio cultural Curtidurías y por la Universidad de Sevilla para mostrar las diferencias entre bailar lindy hop, balboa, claqué o charleston. Coreografías que pasaron de ser callejeras a formar parte de los espectáculos más reputados de Broadway y de Hollywood. El charleston, por ejemplo, supo cruzar las fronteras e implantarse en media Europa, no había nadie en aquellos felices años 20 que no se dejara llevar por la libertad absoluta que proporcionaba esta mezcla de música y baile. Hasta los pioneros del cine llenaron sus primeras películas de ritmos imposibles: el mismísimo Georges Méliès, en 1903, registraba con su cámara a unos acelerados demonios bailando un tipo de swing muy divertido, el CakeWalk.
Y para completar esta edición de Sevilla Swing!, se sucederán diversas actuaciones: la de los ingleses The Dixie Ticklers y la de Ménilmontant Swing, estos últimos músicos madrileños expertos en ritmos de jazz franceses como el manouche y el gypsy jazz. También habrá espacio para fiestas temáticas, una clase magistral sobre guitarra, la irrupción de un mercadillo de moda vintage y sesiones de dibujo organizadas por el colectivo Garabattagge Ilustra.
Tres días para disfrutar, en definitiva, de la primera expresión popular norteamericana exportada al mundo. Cuando hablamos de ilustres como Benny Goodman o Glenn Miller, entre una lista interminable de nombres, estamos hablando de creadores de un estilo musical que supieron seducir a un público necesitado de nuevos sonidos. El Jitterbug, el boogie-woogie, el baile shag, los pasos rápidos del jive…, un universo de pies y manos descontrolados que son la pura metáfora de que el secreto de la eterna juventud se esconde bajo los ritmos del swing.
Autor: Nicolás Grijalba