Inspiración /

Rolling Stones: la seducción de las eternas satánicas majestades

Eternos, incombustibles, únicos… e irreverentes. La madurez no aleja a la banda mítica por excelencia, los Rolling Stones, de esa identidad forjada con el paso de los años y los escenarios. Iconos de la moda, de la música y hasta de una filosofía de vida, han vuelto a los escenarios para reivindicar que, además de satánicos, bien pueden considerarse sus Eternas Majestades.

Tratar de definir quiénes son es un auténtico desafío para un melómano. Un punto y aparte en la música, un punto de partida e incluso un punto y final. Poco queda a día de hoy de aquella banda del Londres de los 60 donde un grupo de amigos jugaron a ser músicos y ganaron la apuesta. Una que les convertiría en mito, en leyenda. Y en banda de culto.

Muchas décadas a sus espaldas avalan una carrera musical que bien querrían muchos para sí. El secreto de su fórmula: romper con lo establecido y ser inspiración  a pesar de ser simplemente Like No Other. Un estilo que, incluso a pesar de sus edades, sigue haciendo de su nombre una auténtica marca de la transgresión.

Una imagen de la banda cuando solo era un grupo que tenía un repertorio de 80 canciones. Imagen: Paul Towsend

Una imagen de la banda cuando solo era un grupo que tenía un repertorio de 80 canciones.
Imagen: Paul Towsend

DUEÑOS DE AUTÉNTICOS HIMNOS DEL ROCK

Más de cincuenta años sobre los escenarios que bien pueden medirse  desde aquellos comienzos tan British y tan elegantes hasta los más rockeros de nuestros días. Porque si los Rolling Stones pueden medirse en música sin duda hay un puñado de canciones que marcan su carrera. Una casi eterna carrera en la que han demostrado que están por encima de las modas, las tendencias y cualquier ritmo.

A pesar de sus comienzos, la banda evolucionó rápidamente hasta tener su propia lengua musical. Imagen: Rolling Stones Official Site

A pesar de sus comienzos, la banda evolucionó rápidamente hasta tener su propia lengua musical.
Imagen: Rolling Stones Official Site

La música de los Stones no puede entenderse sin un singular punto de partida: su I can´t get no satisfaction, un tema que todavía hoy puede tararearse como si fuera nuevo y que tiene incluso su propio mito. No dudó la banda en asegurar que el riff tan característico de guitarra fue la inspiración de un sueño de Keith Richards.

Misterio o realidad, pasará sin duda por ser una de las canciones inmortales de la historia aunque naciera en el momento menos satánico de la banda.

ENERGÍA SACANDO LA LENGUA

Con ese gesto tan particular que se convirtiera en logotipo de la banda, esa lengua fuera en un bravo rojo, los Stones han cantado siempre al Rock&Roll como auténtico escenario vital. Algo que se siente y se ve, a pesar del videoclip original con look de marineros, en  It´s only Rock n´Roll but I like it.

Una misma sensación que se siente con tan solo escuchar los primeros acordes de Anybody seen my baby, explotando su faceta más romántica si es que puede llamarse así,  o Start me up, un auténtico canto a la música y a la energía que le pone Mick Jagger en cualquiera de sus puestas en escena. Insolencia, burla y energía convertidos en un líder como pocos.

Y mucho más de nuestros días… o, más bien, de las canas y las arrugas que dan debida cuenta de que los Rolling Stones han vivido y viven: Doom and Gloom. Una reivindicación convertida en música para decir alto y claro que, con más o menos años encima y hasta con tacatá, los Stones siempre serán los Stones.

Un trono de sucesión que dejará un reino huérfano de reyes de la música.