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Sherlock Holmes en el London Museum

No hay nada tan excitante como lo inaccesible. Y nada tan inaccesible como un personaje imaginario. Quizá por eso la ciudad de Londres se ha volcado este año en uno de sus personajes imaginarios más inaccesibles y, al mismo tiempo, excitantes de su historia. Por supuesto estoy hablando de Sherlock Holmes y de la exposición que puede disfrutarse hasta el 12 de abril de 2015 en The London Museum: The Man Who Never Lived And Will Never Die.

No cabe duda de que Sherlock Holmes es, por excelencia, uno de los personajes más singulares de la historia de la literatura. No solo logró encandilar con sus pesquisas y su singular personalidad a cuantos han leído sus andanzas sino que, añadido, es en sí mismo un personaje más de la historia. Quizás por ese peso específico del personaje de papel, The London Museum honra a este personaje Like No Other con una exposición que no solo quiere enseñar quién fue, de manera ficticia, sino que además quiere mostrarlo de otra manera.

A caballo entre la realidad y lo imaginario, entre la magia literaria y los reflejos en la vida de carne y hueso, The London Museum viste sus salas de la atmósfera del siglo XIX que recrean las novelas. Una manera de sumergir al visitante en un personaje ha trascendido los libros.

Entrada a la exposición sobre Sherlock Holmes. Imagen: The London Museum

Entrada a la exposición sobre Sherlock Holmes.
Imagen: The London Museum

LA ESENCIA DEL CABALLERO INGLÉS QUE NUNCA EXISTIÓ

Uno de los grandísimos aciertos de esta exposición es la forma en la que juega con el espectador, la manera que tiene de fusionar realidad con ficción para crear esa atractiva confusión entre lo real y lo imaginario. Algo que logra usando objetos de la época, recreando bodegones que bien podrían pasar por ser la mesa de trabajo del célebre detective o el rincón de su despacho, e ilustrando esos momentos con pirograbados, láminas e incluso cuadros que honran la memoria de las aventuras de Holmes.

Una simulación de efectos personales del detective

Una simulación de efectos personales del detective

Que Sherlock Holmes nunca existiera de verdad no significa que no sea más real para el gran público y que no deseemos pasearnos por los mismos lugares por donde vagabundeaba él buscando pistas para sus casos… imaginarios.

En definitiva, su carisma ha superado los límites del papel y los manuscritos de Sir Arthur Conan Doyle para convertirse en una persona de carne y hueso.

El supuesto despacho de Holmes se recrea al completo en la exposición

El supuesto despacho de Holmes se recrea al completo en la exposición

EL ATRACTIVO DEL PERFECTO GENTLEMAN INGLÉS

Es lógico preguntarte una y otra vez qué es lo que tiene Sherlock Holmes para fascinar durante décadas a millones de personas, seguir despertando tantas pasiones, especialmente siendo como es un personaje tan poco humano y hiératico en su comportamiento. Y, sin embargo, ha conseguido convertirse no sólo en el símbolo de la capital británica sino en la esencia del espíritu del auténtico caballero inglés.

El Londres de la época se refleja en la exposición, como parte inherente al personaje

El Londres de la época se refleja en la exposición, como parte inherente al personaje

En parte la culpa la tiene Benedict Cumberbatch, el último actor encargado de interpretar al famoso detective. Gracias a él hemos descubierto un Sherlock Holmes mucho más atractivo, mucho más preocupado por las cosas mundanas y, por supuesto, más elitista. Un personaje con estilo que valora los trajes bien cortados, llevar un buen corte de pelo, los móviles de última generación y los perfumes de calidad.

En definitiva, un hombre moderno que bebe del clásico que le da nombre. Una versión renovada de ese Holmes del XIX que, pasen los años que pasen, sigue siendo fuente de inspiración.