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Yves Saint Laurent, una vida de cine

Transcurrido casi un lustro desde la muerte de uno de los diseñadores más influyentes de la historia, el nombre de Yves Saint Laurent comienza a brillar de nuevo… si es que alguna vez dejó de hacerlo.

Yves vuelve a ser noticia porque el cine, ese gran fagocitador mágico, se ha fijado en él, en su enorme y atractiva figura, para proponer dos curiosos biopics que verán la luz con distinta intermitencia. Dos rodajes no exentos de polémicas, complementarios en cuanto a sus objetivos, y que tienen en todo momento la supervisión –oficial o no- de Hedi Slimane, el diseñador francés que se encuentra al frente de la lujosa marca en estos momentos.

Tan icónica figura, elegante y atractivo, celoso de su obra, genio del prêt-à-porter, escurridizo en su vida privada, Yves, que pensaba siempre en libertad, la misma que imprimía a sus colecciones, es un hueso duro de roer para el cine. Demasiados ojos han estado encima de las propuestas, demasiadas escenas donde meter puntadas con o sin hilo: sus primeras colecciones, el riesgo que imprimió a su trabajo, el placer del lujo y de las prendas bien hechas, sus escabrosas relaciones con el alcohol o las drogas, la pasión que le unió a su socio y amigo, también pareja, Pierre Bergé…

Jalil Lespert interpreta dignamente al grande de la moda.

El primer biopic, el más ortodoxo, ya estrenado en Francia, está dirigido por Jalil Lespert y protagonizado por Pierre Niney. La crítica francesa ha alabado la interpretación del joven actor que parece mimetizarse en la figura del genio de la moda. A su lado destacan las interpretaciones de tres jóvenes artistas como son Laura Smet, Marie de Villepin y Charlotte Le Bon, aquí convertidas en las musas de Yves para las que él diseñó algunos de los mejores vestidos de sus colecciones. La cinta destaca por su puesta en escena, cuidada al máximo, con una especial atención a una de las colecciones más destacadas del diseñador: la llamada Colección Rusa, para muchos la cota más alta que alcanzó el argelino en su famoso periodo dorado, entre 1965 y 1976.

Por la cinta también pasan Pierre Bergé, figura imprescindible para comprender al diseñador interpretado por el actor Jeremie Reniré, y hasta un sorprendente Willem Dafoe haciendo del visionario artista Andy Warhol.

De otra parte, el segundo proyecto, sin las bendiciones de la casa madre, parte de los realizadores Henry Pinault y Bertrand Bonello. Éstos defienden la total libertad de su biopic, sin depender de nadie, y posiblemente se estrene en la próxima edición del festival de Cannes. Todo un plan que no hace más que embellecer la ya de por sí elegante cita cinematográfica.

El otro YSL interpretado por el modelo Gaspard Ulliel.

En este caso, el peso de toda la película recae en el modelo y actor francés Gaspard Ulliel, curiosamente una de las imágenes del último perfume de Chanel. Habrá que esperar, no obstante, hasta el próximo otoño, para que la gente pueda disfrutar de esta última recreación del creador que mejor ha defendido su talento en una pasarela.

Si Yves Saint Laurent provoca estos amores encontrados, esta rendición del cine y de la imagen, es porque entonces, sí, entonces, estamos ante un universo claramente identificable. Un estilo único. “En moda, el estilo es eterno”. Amén.