Brockmans /
El mejor y más exclusivo restaurante japonés del mundo
Sukiyasabi Jiro no es comida japonesa, ni siquiera es sushi por más que lo parezca. Cuando la mayoría de los mortales pensamos en platos nipones, la cabeza se nos llena de imágenes de palillos, bandejas de piedra negra, soja, wasabi, maki… lógico, porque esta especialidad es todo un arte culinario originario del país del sol naciente que precisa de años de aprendizaje hasta conseguir el grado de auténtico maestro. Sin embargo, la moda ha hecho que en cualquier rincón de cualquier ciudad ofrezcan sucedáneos de gastronomía asiática.
Hoy quiero darle una vuelta de más a esa lámina de alga nori, hasta llegar al grande, el único, el auténtico maestro de maestros: el único chef de sushi con tres Estrellas Michelín, algo que ningún restaurante japonés posee en el mundo. No en vano, en Japón, donde son muy formales para estas cosas, le consideran un auténtico dios llamado Jiro Ono.
A pesar de su avanzada edad, este experto cocinero octogenario se mantiene al frente de su pequeño restaurante Sukiyasabi Jiro, ubicado en una de las estaciones subterráneas del metro del distrito de Ginza, área ampliamente conocida por albergar las tiendas de grandes firmas como Dior, Chanel o Sony. La Milla de Oro japonesa.
Sukiyasabi Jiro, dispone apenas del espacio suficiente para albergar en su barra a diez comensales . Pero este es el lugar que controla nuestro maestro, que a pesar de tantos galardones afirma que aún no ha llegado a alcanzar la perfección en su trabajo.
El viejo y humilde cocinero afirma que de noche, mientras duerme, sus sueños se ven plagados de cacharros de cocina y nuevas posibilidades para deleitar a su clientela con sus platos de sushi.
En la actualidad, Jiro Ono se emplea a fondo para enseñarle todos los conocimientos de una vida a su hijo, su heredero al frente de este restaurante al que llegan personas desde todos los puntos del planeta. De hecho, el primogénito de Jiro reconoce que debe esforzarse el doble que cualquier chef nipón para poder mantener el nivel de calidad de su padre. Quizá el joven Ono no debiera preocuparse tanto, ya que su padre ya ha dejado dicho que incluso muerto, su fantasma seguirá rondando por el Sukiyasabi Jiro controlando y vigilando que el arte de la cocina japonesa se mantenga en orden y en constante innovación.
Para poder degustar cualquiera de los platos que ofrece Jiro Ono en su restaurante de Ginza, Sukiyasabi Jiro, debemos afrontar una lista de espera de un año. Además, disfrutar de su comida, nos costará unos 30.000 o 40.000 yenes (entre 300-400 euros). Mientras tanto, podemos ir abriendo boca con el documental de Magnolia: Jiro, Dreams of Sushi.
O, en su defecto, conformarnos disfrutando de un sushi que dista en kilómetros pero que a este lado del Planeta tiene también su aquel: disfrutarlo maridado con un buen gintonic.
Imágenes | Richard, enjoy my life!, Danish Khan
Vídeo | Magnolia Pictures