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Cóctel Brockmans Hot Ginger Toddy
Es uno de los cócteles por excelencia del invierno. Uno de los clásicos que, a pesar de que en su receta escocesa inicial se realizaba con whisky, ha ganado peso en su elaboración con ginebra. Contando con ella en su receta, hoy os presentamos nuestra interpretación personal: Brockmans Hot Ginger Toddy.
La bajada del mercurio propia del invierno invita a disfrutar de bebidas que ayuden a subir la temperatura. Precisamente por eso y al rebufo del estilo de Gran Bretaña (país en el que coctelería caliente es más que habitual desde hace décadas), en nuestro país han comenzado a imponerse las propuestas de coctelería que rompen con la tradición del hielo. Unas originales propuestas perfectas para saborear la creatividad de otra manera.
Uno de esos cócteles heredados de la tradición inglesa es precisamente el Hot Toddy: un clásico nacido en Escocia que, sin embargo, ganó peso sobre todo entre los amantes de los cócteles de Irlanda. Curiosamente, en este país este cóctel caliente era el remedio casero para paliar los resfriados.
Más allá de esta anécdota popular, el Hot Toddy se ha ganado con los años ser considerado el cóctel rey en los tiempos de frío. Un título auspiciado, también, por haber sido inmortalizado como muchos otros gracias al cine. Y es que el Hot Toddy en su versión más clásica fue casi un protagonista del reparto de una de las producciones más singulares de la época dorada del cine: “La gata sobre el tejado de zinc”.
Inspirándonos en esta receta tradicional, hemos querido ir un paso más allá para crear un cóctel rico en aromas y especias. Uno en el que la presencia del jengibre otorga a la mezcla de una personalidad única e ideal para paliar los fríos invernales sin renunciar al sabor inconfundible de Brockmans ni a la riqueza de los tonos cítricos.
Para preparar el cóctel Brockmans Hot Ginger Toddy, mezclaremos:
– 50 ml. de Brockmans Gin
– 6 pizcas de zumo de naranja
– Unas gotas de Angostura
– Cerveza de jengibre caliente
Servimos en un vaso estilo Toddy (un detalle importante, ya que el asa nos ayudará a disfrutar del cóctel sin temerle a su temperatura).
Decoramos con una tira de naranja en la que habremos colocado anises estrellados. Completamos la presentación con una ramita de canela.
Y para disfrutar de los aromas de este cóctel caliente, nada como refugiarse (como otras veces) en la buena música. Una que ayude a subir la temperatura del ambiente, creando una atmósfera perfecta para saborear especias, cítricos y las notas características de Brockmans.
Y, más allá de la ventana dónde estemos, que el mundo continúe con su marcha. Para nosotros, probablemente, se habrá detenido.