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Cóctel Brockmans Berry Fresh
Un pellizco de frío en el paladar para acompañar la temperatura exterior, un guiño a esos grados de menos que compensamos con recetas de coctelería que nos ayuden a subir la temperatura. Y, de entre ellas, imprescindible descubrir esta en la que los arándanos son protagonistas.
Quizás porque el otoño es el momento ideal para disfrutar de este fruto del bosque, su presencia no podía faltar también en la copa. Una manera de valerse de su carácter jugoso y aromático para poner un acento personal y único en una receta de coctelería que invite a disfrutar de los primeros días de frío.
Esos días en los que, a pesar de que el mercurio empieza a indicarnos que el invierno está cada vez más cerca, desafiamos a las normas de la naturaleza tratando de retrasar su llegada en nuestro calendario personal con cócteles como este.
Una manera, incluso haciendo frío, de saborear una estación que está llena de matices y perfumes que merece la pena disfrutar, tanto en el olfato como en el paladar.
Así y fiel a otro de los imprescindibles del otoño, el cítrico; este cóctel Brockmans Berry Fresh supone una receta fresca y compleja en la que la presencia de los aromas frutales se equilibra a la perfección con el punto especiado de la Pimienta de Jamaica.
Una cálida insinuación a vivir con la frescura característica del otoño esta estación que, lejos de ser triste, puede saborearse entregándonos al disfrute más hedonista.
Una forma de mimar nuestros cinco sentidos para crear la atmósfera ideal para, simplemente, entregarnos al placer del disfrute.
Para preparar un Brockmans Berry Fresh, añadiremos en una coctelera llena de hielo macizo:
– 40 ml. de Brockmans Gin
– 40 ml. de Lemay Lagotee
– 15 ml. de zumo de limón
– 25 ml. de zumo de arándanos
– Una cucharada (10 gr.) de Pimienta de Jamaica.
Agitamos enérgicamente y colamos para servir en un vaso tipo Old Fashioned con hielo picado. A mitad de vaso, añadimos arándanos congelados. Cubrimos con más hielo picado y acabamos de servir la mezcla de la coctelera.
Decorar con más arándanos congelados.
Un cóctel para acompañar la llegada de la noche. Para vivir la oscuridad refugiándonos en sus sabores. Para pasarle revista al día o para hacer que permanezca completamente ajeno a nosotros, escuchando el tintineo de los arándanos congelados en la copa.
Para saborear lentamente la placentera sensación de estar acompañados incluso si nuestra decisión es disfrutar de esta receta de coctelería a solas.